Los últimos días han estado dominados en la escena mediática por la conmemoración del 55 aniversario de la matanza de Tlatelolco, uno de los hechos más oscuros de la historia contemporánea de México, y a pesar de que no se olvida, el Estado mexicano tampoco ha aprendido a resguardar los Derechos Humanos de sus ciudadanos.
Ayer, como era de esperarse, los mensajes alusivos al hecho se repitieron desde distintas tribunas oficiales y las redes sociales fueron una de ellas. “Honramos la memoria de los jóvenes que fueron acribillados en la Plaza de las Tres Culturas, por un gobierno autoritario. En un ejercicio de memoria, luchamos para que jamás se repita y se tengan garantías, libertades y de respeten los DD.HH.”, publicó ayer en la mañana el Gobierno de México en su cuenta de X (antes Twitter).
En la actualidad parece imposible creer que un hecho similar a lo sucedido en 1968 se pueda repetir, tanto en lo que se refiere a las protestas que se llevaron a cabo por parte del movimiento estudiantil y social, como en la desmedida y atroz respuesta de las autoridades. Sin embargo, esto no quiere decir que las violaciones a los Derechos Humanos no continúen en nuestro país.
Basta con ver un par de noticias de los últimos dos meses para darle forma a mi comentario. A mediados de agosto se reportó la desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, mientras que semanas más tarde conocimos la desapareción y posterior asesinato de otras seis personas, pero ahora en Zacatecas.
Estos son sólo dos ejemplos de cómo el crimen organizado está haciendo del país su patio de juego, atentando no solo contra el derecho a la vida sino también contra otros como la libertad de las personas, la libertad de expresión (en el caso de los periodistas), el derecho al libre tránsito, por citar sólo algunos.
Sobre el derecho al libre tránsito basta sólo con recordar los hechos sucedidos a inicios del año en Culiacán, Sinaloa, y los bloqueos ocurridos en agosto del año pasado en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Todos y cada uno de estos hechos son muestras de violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos en México, donde el Estado hace poco o debería hacer más, pues es su obligación. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos recuerda que: “el derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tienen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos”.
Actualmente, muchos de estos hechos graves que ocurren en el país ni siquiera tienen eco en las voces oficiales, sólo en los medios de comunicación; por ende, tampoco hay una justicia hacia los mismos.
En la práctica, la protección de los Derechos Humanos en México sigue siendo un tema por atender. A diferencia de hace cinco décadas, el Estado no es el responsable directo de las vejaciones, pero sí quien pareciera que hace caso omiso al sufrimiento que hay en las calles.