Por Juan Cárdenas
Twitter: @Desautomatas

Cuando una sociedad como la nuestra se enfrenta a un problema de inseguridad tan fuerte, es necesario reflexionar en lo que cada uno estamos haciendo bien y mal, y analizar por qué la comunicación en el país se encuentra destruida.

Me explico. La comunicación sirve entre muchas otras cosas, para tener un mayor conocimiento de nuestra sociedad, qué sucede con ella, sus problemas, su desarrollo, el camino que está tomando, lo que permitimos y reprendemos, nos ayuda a conocer las responsabilidades, libertades y fallas de quienes están a nuestros lados, quienes están debajo y arriba. Nos brinda la oportunidad de desarrollar un punto de vista y una opinión válida, no se vale andar criticando a la industria privada sin conocer el contexto, ni al Presidente o cualquier otro gobierno, tampoco a la gente, a figuras públicas. Vamos, hay que conocer incluso lo que el crimen organizado está haciendo para saber qué decir. De otra forma, aunque con derecho, estaremos dando una opinión inválida, y ¿cuál es el problema con ello?, que dichas opiniones son fácilmente ignoradas y descartadas.

Hace unos días México tuvo su tragedia semanal, que como es normal en toda situación fuera de control, subió de tono superando las previas. El resultado lo conocemos todos: 52 muertos en un casino en Monterrey.

El fin de semana, durante los entierros y manifestaciones que se llevaron a cabo, una mujer de 58 años, de la clase alta regia, cuñada de una de las 52 víctimas dijo: “Estos cabrones ahora sí se equivocaron, se metieron con la clase social equivocada, para nosotros la guerra de Calderón y sus daños colaterales no existía hasta el jueves, ahora para nosotros esa estrategia tiene un saldo de 52 muertos”.

Esta mujer refiriéndose a la publicitada “Guerra al narco” del Presidente Felipe Calderón, o no sabe o no le importan las víctimas acaecidas antes del incidente del Casino Royale, las cuales son miles y miles, sin que sea ningún secreto, ciertamente siendo las menos, las de clases altas. Lejos de juzgar los valores e ideas de esta persona, estoy fascinado por escuchar su declaración, pues me enseña mucho de lo que sucede con mi país, y no tiene nada que ver con la corrupción, inseguridad, o estrategias judiciales o políticas. Esto es puramente valores éticos y sociales. La mujer lo dice claro, a ella y a su clase social no le importaba el problema hasta que los tocó directamente, ahora sí.

Hoy más que antes debemos estar preocupados e interesados en informarnos y comunicarnos como lectores y ciudadanos, en informar con responsabilidad si somos comunicadores de algún tipo. Mientras más herramientas mejor, y no dejarnos ir con la emoción. Sobre todo ahora, cuando los medios sufren también una crisis de identidad. El domingo por ejemplo, y derivado también del incidente en Monterrey, México aportó por unas cuantas horas los TT globales #TiposDeMuerteParaCalderon y #YoApoyoaCalderon. Si van a buscarlos en Twitter se darán cuenta que ninguno de los dos tenía real profundidad, más bien impulso y en gran cantidad.

No quiero sonar frío, pero la situación es tan grave, que las tragedias sólo en la medida de cómo actuemos para evitar más. Lo que importa es lo que hagamos, y decidir hacer algo. Es hora de comunicar a quien no lo sabe o lo ha olvidado, qué es lo importante de México. Seamos más que nunca tolerantes incluso con aquello que consideran hoy intolerable. Cuestionen más allá de su criterio. Y sean conscientes de la complejidad de una situación como la que atraviesa México.

Todo esto no por otra cosa, sino por ustedes mismos, sus familias, sus trabajos, sus bienes, su país. No sean esa señora esperando que el conflicto les afecte, evítenlo, o si desafortunadamente les tocó ya de alguna manera, soluciónenlo, conviértanlo en un buen mensaje, en una solución, nadie más lo hará por nosotros; para ello infórmense, comuníquense de la mejor forma que les sea posible. Y también, déjennos saber lo qué estamos haciendo bien o mal.