Casa Pedro Domecq tiene 50 años innovando en el mercado de vinos mexicanos, con una tradición que consolidó la cosecha de la uva en el país, para fermentarla en etiquetas de renombre nacional, pero también con una visión que le ha permitido actualizarse y ser el acompañante de las nuevas generaciones, que buscan descubrir el producto de la vid en barrica, con ayuda de una mano experta.

México, según datos de Statista Consumer Market Outlook, tendrá un mercado de vino con ingresos de mil 690 millones de dólares durante 2022, cifra que se ha mantenido en ascenso desde 2018, cuando este número únicamente sumaba mil 400 mdd.

“Estamos interesados en generar valor a los consumidores y clientes, ese es nuestro principal foco. Todo lo hacemos con esa visión, lo tenemos en nuestro ADN, los socios tienen 200 años en el negocio, somos una compañía familiar buscando tener relaciones a largo plazo”, Oscar Vargas, Director de Marketing en Casa Pedro Domecq.

En los últimos cinco años, en que el crecimiento del mercado del vino mexicano ha fermentado con excelentes números, Oscar Vargas, Director de Marketing en Casa Pedro Domecq, ha sido el responsable de que las uvas de la casa se conviertan en exitosas etiquetas.

“2021 fue el mejor de los últimos 10 año, creciendo un 37 por ciento en volumen, cuando la industria crecía a 16 por ciento”, explica el mercadólogo responsable de comunicar el negocio de la uva que en el caso de Pedro Domecq y gracias a la al acierto de Vargas en marketing, ha madurado en barrica como una moderna marca mexicana.

El potencial de Pedro Domecq en el negocio de los vinos se ha basado en la exploración de medios para comunicarse con el consumidor y lo más importante, alcanzar la visibilidad con ayuda de la cercanía en sus decisiones de compra y con una invitación permanente a las bodegas, con lo que se ha podido tener una presencia única en la percepción de los clientes.

Uvas deslumbrantes

Una de las afirmaciones de la Casa Domecq en su estrategia de comunicación es que deslumbra con los vinos con que cuenta en categorías como tintos, blancos, rosados, jerez, cava y vermouth.

La diversificación de sus botellas es parte de su filosofía de ser una etiqueta Hecho en México empática, pues gracias a su labor ha permitido la llegada a los viñedos, de creyentes en el potencial de la tierra mexicana, en dar frutos que exportan su imagen al mundo, a través de botellas con Casa Pedro Domecq como responsables de esta reputación, que debe a la permanencia de décadas en el mercado y a la visión de ser un vino, que está presente para las nuevas generaciones de consumidores.

El ejercicio en comunicación ha sido fundamental para hacer de la vid de esta Casa, un producto con vínculo ante el consumidor, donde el lenguaje ayuda a fincar Casa Pedro Domecq con las nuevas generaciones de consumidores, donde no todos son aficionados a la cultura de esta bebida, también existen personas que solo buscan una opción para poder acompañar sus alimentos o pasar un momento y es bajo estas oportunidades, en que se debe de pensar cómo hablar para facilitarles la transmisión de conceptos y no exista rechazo y si una cercanía de forma natural.

Un vino adelantado a su época

Con 50 años en el negocio del vino mexicano, Casa Pedro Domecq ha estado adelantada a su época, siendo punta de lanza en la preferencia de los consumidores y en la industria vinícola del país, sumando a la familia de este gran nombre a González Byass y Grupo Emperador, quienes sellaron no solo la compra de una marca con gran historia, también la visión de evolucionar a la marca con inversiones tales como la que se ve en el Valle de Ojos Negros, donde a lo largo de 20 hectáreas, la compañía sembró un viñedo para asegurar el abasto de uva en la categoría de vinos premium.

“Es el inicio de un proyecto a mediano plazo, porque los tres primeros años no obtienes nada y ahí se ve el interés de Casa Pedro Domecq por apostar a este producto”, refiere Vargas.

Y no solo el compromiso con el campo es toral para beber una de las marcas más actuales en la oferta de vinos mexicanos, también la tecnología con la que se dota al wine maker de la empresa, dotándolo de todos los instrumentos necesarios para generar líquidos a un precio que garantiza que, desde el producto más barato hasta el más caro de Casa Pedro Domecq, sean de una muy buena calidad.

El estratega detrás de la Casa

Oscar Vargas es uno de los tantos responsables en Casa Pedro Domecq, de poner los mejores ‘terroirs’ al alcance del consumidor mexicano, con vinos que saben comunicar sus cualidades y esto es gracias a que conoce cada uno de ellos y la tradición por innovar que se fermenta en las barricas de la empresa.

Para lograrlo, el Director de Marketing de Casa ha partido de comprender quienes son los consumidores, sus necesidades para poder tener esa primera información y dar el paso a posicionamientos de marca, con todo tipo de recursos estratégicos, como el neuromarketing, para determinar en dónde se encuentran con los consumidores que aman el vino y les encanta entender todas las características que hay alrededor del vino, así como ver a otros consumidores, que solo quieren disfrutar de una buena copa de vino, entendiendo que la marca que has escogido es de muy buena calidad.

“Hace cinco años teníamos una idea del mercado de lo que éramos y después de estar picando piedra y enfocando los esfuerzos de forma directa, se dan los resultados en la percepción de Casa Pedro Domecq”

“La metodología que siempre usamos es entender afinidad y penetración de nuestro target, para hacer un correcto balance al momento de las inversiones en OOH, TV, revistas, PR, entender qué medios ven las audiencias y hacer un mix, sabemos que hoy está el boom que todo tiene que ser digital, es importante, pero hay que encontrar los balances dependiendo de las marcas y audiencias”, explica.

Comunicar una variedad única

Esta fórmula que desde el Departamento de Marketing se ha patentado, ha permitido a Casa Pedro Domecq contar con una una comunicación activa de 360 grados, con la que manda los mensajes correctos a los consumidores y cuida mucho el momento de venta, para entender dónde estar, cómo estar y cuando hacerlo.

Un canal que ha sido esencial para comunicar todas las variables existentes en el vino y hacerlo de forma exitosa ha sido el comercio electrónico, porque ha planteado cambios radicales en la forma como participan los vinos en este canal y en la medida en que se ejercita el equilibrio entre lo que se comunica y las bondades de cada botella, en esa proporción se logran posicionamientos claros.

La comunicación de Casa Pedro Domecq siempre ha mantenido a la vanguardia, es por eso que por primera vez se ha lanzado al mercado una campaña de comunicación basada en el entendimiento de la categoría y necesidades del consumidor, naciendo así “Trazando el Rumbo”. En esta campaña la marca invitó a un chef muy reconocido de México, para transmitir al consumidor que Chateau Domecq es una marca conocida, que ha estado acompañando al consumidor evolucionando y adaptándose a sus preferencias.

Un vino actual

“Trazando el Rumbo” es la pista que Casa Pedro Domecq comparte para hablarnos del futuro para la marca y el potencial que tiene dentro de un grupo que inició hace 70 años en el negocio del brandy y que se diversificó a los vinos asentándose en el noble Valle de Guadalupe, donde nacieron XA, o Chateau Domecq, marcas icónicas en el mercado mexicano y que llevan 50 años en pisos de venta y ahora en comercio electrónico, demostrando que la evolución ha sido constante en las barricas de la marca.

“La metodología que siempre usamos es entender afinidad y penetración de nuestro target, para hacer un correcto balance al momento de las inversiones en OOH, TV, revistas, PR”.

“Evolucionar es la tarea que nos hemos dado en los últimos cinco años, entender al consumidor, sus necesidades y a partir de ahí proponer posicionamientos de marca, cambiar packaging, mejorar en el caso de los vinos, los líquidos, dotar de tecnología a la bodega, todo con la finalidad de atender las necesidades particulares con marcas de mucha herencia, que al día de hoy están en un lugar distinto al que se encontraban”, concluye Vargas.

La labor de comunicación que da vigencia a una marca tiene que hacer la misma magia que las barricas hacen al jugo de la vida, una alquimia de los elementos básicos a una serie de activaciones que ayudan a entender el mercado.

Esto ha hecho que en los últimos años, incluso se explore nuevos procesos de producción y junto al enólogo Alberto Verdeja, se tomaron nuevos caminos como producir vino de vasija con vides de 50 años, para sacar al mercado productos únicos y de calidad excepcional, con procesos y materia prima que se ha ido patentando en la compañía por años.

La etiqueta de Hecho en México es de enorme responsabilidad para las marcas que lo ostentan y es gracias a vinos como las variedades de Casa Pedro Domecq, cuya reputación se ha trasladado a este emblema, que el reconocimiento del país tanto en el consumo nacional del vino como en las botellas que se exportan, ha hecho de la vanguardia, una nota obligada en el sabor con que se encuentran las nuevas generaciones.