Por Eduardo Rodríguez
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@ERodriguezD
Muchos participantes en el sector financiero argumentan que han inventado el agua tibia y piensan que ellos son los únicos que tienen la llave mágica para ofrecer buenos resultados. Nada más falso. En el tema de inversiones no existen secretos ni hilos negros.
Lo anterior no quiere decir que no haya un conjunto de reglas básicas que hay que seguir y que muchas veces perdemos de vista. Una de ellas, quizá la más importante, es la diversificación. Este término que para no variar suena complejo y elegante, no es muy distinto a lo que nuestras abuelitas nos enseñaron cuando éramos chiquitos: no pongamos todos los huevos en una canasta.
Como inversionistas solemos ver todo negro o todo blanco. Si somos de los que nos gusta invertir en bolsa y alguien se atreve a sugerirnos una inversión en renta fija, cortésmente contestamos “eso es aburrido y no es para mí” y viceversa, si estamos acostumbrados a invertir a plazo fijo y alguien nos invita a comprar acciones decimos con angustia “no, eso es muy riesgoso para mí”. Pero como todo en la vida, ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre… Nuestras inversiones deben tener una mezcla adecuada para obtener buenos resultados con el paso del tiempo.
La mejor manera de diversificar nuestras inversiones es haciendo caso a la Teoría Moderna de Portafolios, introducida por el economista americano Harry Markowitz en 1952. La idea central de esta teoría es que es muy importante considerar cómo cambia el precio de un activo en relación con los precios de los demás activos que conforman una inversión. En otras palabras: invierte tu portafolio en activos que no se comporten de la misma manera para maximizar el rendimiento y reducir el riesgo.
Para hacer esto más sencillo, hay que hacer es definir los tipos de activos que tenemos a nuestro alcance:
Renta fija (instrumentos de deuda):
• De alta seguridad
• De mediana seguridad
• De baja seguridad
• De corto plazo
• De mediano plazo
• De largo plazo
• Denominada en moneda nacional
• Denominada en moneda extranjera
Renta variable:
• Mercados desarrollados
• Mercados emergentes
• Mercados frontera
• Sectoriales
• Materias primas:
• Metales preciosos
• Metales industriales
• Energéticos
• Agrícolas
• Minería
• Bienes raíces
• Nacionales
• Extranjeros
• Efectivo
Evidentemente, hay quienes hacen una clasificación distinta pero lo anterior es para darnos una idea que no todo es negro o blanco, sino que existen muchos tipos de activos a considerar.
Si comparamos los rendimientos históricos de cada uno de esos activos nos encontramos con que hay periodos en los que uno de ellos destaca, pero en otros periodos, ese mismo activo disminuye de manera importante. Lo importante es que nadie sabe a ciencia cierta cuál de los activos se comportará mejor en el futuro ni cuál será el que peor rendimiento tenga.
Así que si quieres invertir con mayor seguridad, diversifica bien tu portafolio.