Si bien no se puede saber qué hay detrás de empresarios como Mark Zuckerberg, Carlos Slim o Tim Cook, lo cierto es que sí se pueden distinguir algunas de las características constantes en su práctica.
Entre las más destacadas están las siguientes tres:
Prudencia. Un empresario que se jacte de tener éxito jamás toma decisiones a la ligera, sino riesgos calculados. Es decir, se informa previo a realizar algún movimiento que ponga en riesgo su capital.
Observa el comportamiento del mercado y prevé, en caso de que se se presenten pérdidas, si la compañía puede salir avante ante negocios adversos.
Inteligencia. Puede parecer obvio, pero hay que destacar que es trascendental. La capacidad intelectual necesaria es el sentido común combinado con la experiencia adecuada. La cautela, la constancia y la atención a los detalles son de suma importancia.
Recreación. Los líderes actuales coinciden en que se debe dedicar tiempo a leer, ver películas, acudir al teatro o a cualquier actividad del interés del empresario para enriquecer su cultura más allá del negocio pues al final resulta de forma positiva distraerse y retomar las actividades.
De hecho, existe una regla de 4 horas de trabajo por 1 de distracción que practican líderes como Zuckerberg.