Si bien la agencia de mercadotecnia deportiva Euromericas Sport Marketing reveló que 82 por ciento de los anuncios en que aparecen estrellas del deporte son más recordados por el público, las marcas corren riesgo al apostar por los embajadores.
Es por ello que deben atender por lo menos tres características indispensables de evitar en un representante de la compañía:
Excluyente. La inclusión para los consumidores es indispensable, si el embajador es conocido por el público por diferir con algún sector poblacional, se corre el riesgo de perder ese público en el mercado, ya que se sabe que una marca no tiene asegurado el target. Algunas han cambiado drásticamente de público con los años.
Poco influyente. Cuando el embajador no tiene suficiente engagement con los consumidores, la empresa podría trabajar para la fama del personaje y de lo que se trata es de que el embajador aporte a la marca, no al revés. El 79 por ciento de las marcas revelan que uno de los beneficios de implementar influencers es el eco que producen, según información de Augure.
Petulante. Cuando el personaje es demasiado famoso, se puede perder el control en lo que se quiere proyectar respecto al producto o servicio, un ejemplo es Chris Hemsworth con la marca Buchanan’s, quien en su visita a México el año pasado, se limitó a dar breves palabras a la prensa, por lo que los medios se enfocaron en su desdén. En este sentido, Nestlé hizo lo propio con J.Pelirrojo, al punto de despedirlo por la indignación que causó en los consumidores por burlarse de la muerte del torero Víctor Barrio.
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