Las crisis son una amenaza siempre presente que puede empañar la reputación de una organización y tener consecuencias financieras nefastas. Sin embargo, con un plan implementado para la capacitación en gestión de crisis, las empresas pueden desarrollar la agilidad y la resiliencia para recuperarse con la menor interrupción o tiempo de inactividad posible.
HubSpot identificó cuales son las posibles crisis en los negocios, particularmente aquellas mÔs probables y preocupantes en el contexto actual:
ļ§ Crisis financiera, generalmente causada por una caĆda significativa en la demanda de los productos o servicios de una organización.
ļ§ Crisis de personal, generada por la mala conducta o acción ilegal de un empleado o un individuo asociado con la empresa
ļ§ Crisis organizacional, en la que una organización perjudica significativamente a los consumidores o a sus propios empleados mediante la explotación deliberada, la retención de información o el abuso de poderes de gestión.
ļ§ Crisis tecnológica, cuando se producen interrupciones del sistema, lo que es de particular preocupación para los sitios de comercio electrónico y servicio al cliente.
ļ§ Crisis de confrontación, que puede ocurrir internamente o con partes externas, y puede resultar en renuncias masivas o boicots pĆŗblicos.
ļ§ Crisis de malevolencia, que incluye amenazas a la ciberseguridad, difusión de información falsa, sabotaje de productos y otros delitos destinados a daƱar una organización.
Un evento en cualquiera de estas categorĆas puede causar un enorme daƱo. AquĆ es donde se mide el valor de la capacitación en gestión de crisis y como ayuda a las organizaciones a prepararse para eventos inesperados o emergencias. Al contar con una fuerza laboral capacitada, se puede responder de manera mĆ”s efectiva, reduciendo el potencial de pĆ”nico y caos, al desarrollar las capacidades para mantener la continuidad del negocio, tanto durante como despuĆ©s de una crisis.
La necesidad mÔs urgente de capacitación sobre gestión de crisis existe entre los altos directivos, en particular, entre los responsables de evaluar los riesgos y desarrollar un plan. La formación para la gestión de crisis debe comenzar con la comprensión de la evaluación de riesgos. Algunos tardan en desarrollarse, como el cambio climÔtico, otras, nos explotan en la cara, como un incendio en las instalaciones. Cualquiera que sea su forma, una verdad ineludible sobre el riesgo es que no podemos evitarlo. Sin embargo, podemos gestionarlo.
Por ellos es recomendable hacer un inventario de riesgos, que deriven en la creación de escenarios de crisis, uno para cada caso identificado como probable o imposible de prevenir. Luego, se desarrolla un conjunto de protocolos de respuesta, por ejemplo, para la restauración del sistema, cierre de las instalaciones, evacuación, respuesta de la policĆa o los bomberos, atención a los medios, etc. Estos protocolos de respuesta se adaptan a cada escenario y el equipo de gestión de crisis los activarĆ” cuando sea necesario.
La capacitación puede ayudar en el desarrollo de un plan de respuesta, asĆ como asistir a los lĆderes a definir las condiciones bajo las cuales se activarĆ”n los protocolos y el mecanismo para alertar al equipo de gestión de crisis.
El plan debe especificar procedimientos para la recuperación poscrisis para minimizar las consecuencias operativas, reputacionales y comerciales de una crisis. Una crisis bien gestionada puede proteger la reputación de una organización.
Una parte primordial en la capacitación es ayudar a los empleados a comprender cómo comunicarse, lo cual es vital para mantener la confianza entre los pĆŗblicos de interĆ©s. La comunicación eficaz es un aspecto crĆtico de la gestión de crisis. EnseƱa al personal cómo comunicarse con los diversos pĆŗblicos, incluido el consumidor, los medios de comunicación y las agencias gubernamentales.
En conclusión, la capacitación en gestión de crisis es relevante porque equipa a las personas y organizaciones con las habilidades, el conocimiento y las estrategias necesarias para responder de manera efectiva, reducir los daños, proteger los activos y mantener la confianza y la reputación. Es una inversión en la resiliencia y sostenibilidad de cualquier organización y puede marcar una diferencia significativa en el resultado de una crisis.