- La inteligencia artificial (IA) está transformando la industria de la musica. Genera preocupaciones sobre los derechos de autor y el impacto económico.
- Un estudio advierte una posible reducción de ingresos de hasta un 25% para 2028 si no se regula la IA.
- La “canibalización” describe cómo la música creada por IA compite con la de artistas humanos.
La inteligencia artificial (IA) ya no es un concepto futurista, sino una realidad que está transformando la mayor parte de los sectores de negocios, incluyendo la industria musical.
Si bien la IA ofrece oportunidades innovadoras para los artistas, también plantea serias preocupaciones sobre su impacto económico y la protección de los derechos de autor.
En este sentido, miles de artistas han expresado su preocupación por la posibilidad de que la IA genere una distopía donde las máquinas les arrebaten su trabajo y ganancias.
Esta nueva tecnología, en su forma de IA generativa, puede aprender patrones complejos a partir de datos que existen para producir contenido original, como música, videos e imágenes.
Un estudio de Cisac publicado, la organización mundial que agrupa a las principales sociedades de gestión de derechos de autor, advierte que la industria musical y audiovisual podrían enfrentar una disminución de hasta un 25% en sus ingresos globales para 2028 si no se regula el desarrollo de la IA.
Impacto de la IA en la industria de la música
La investigación, realizada por la consultora PMP Strategy y publicada este miércoles 4 de diciembre por El País, se basó en entrevistas con más de 50 profesionales de la industria, incluyendo artistas, productores, distribuidores y compañías tecnológicas como Sony, Warner, Deezer y Google.
También se consideraron datos de mercado, informes sobre IA y leyes de derechos de autor.
El estudio predice que los ingresos de las empresas que desarrollan IA generativa aumentarán considerablemente, mientras que los de los creadores disminuirán.
Esta disparidad se debe a que varios programas de IA se entrenan utilizando millones de obras protegidas por derechos de autor sin autorización ni compensación a los artistas.
La “canibalización” del contenido
El estudio utiliza el término “canibalización” para describir el fenómeno en el que la música creada por IA compite directamente con la música creada por humanos en el mercado.
Se estima que para 2028, la música producida por programas informáticos representará el 20% de las ganancias generadas por las reproducciones en plataformas de streaming.
Esta tendencia se ve impulsada por el aumento del consumo “pasivo” de música y el creciente poder de los algoritmos basados en IA en plataformas como Spotify y Netflix.
El informe identifica escenarios plausibles en los que la música generada por IA podría sustituir la música de fondo en comercios, espacios públicos y bandas sonoras, así como en contenidos para redes sociales y producciones audiovisuales de bajo presupuesto.
En el ámbito audiovisual, se anticipa la creación de animaciones y videos sin intervención humana para catálogos infantiles y publicidad.
Estas aplicaciones de la IA podrían reducir los costos de producción, lo que llevaría a recortes en los presupuestos destinados a guionistas, directores y otros profesionales creativos.
Europa en alerta
Cristina Perpiñá-Robert, directora general de la SGAE, la sociedad española de gestión de derechos de autor, le expresó al medio ibérico su preocupación por la situación actual del sector cultural si no se protege el trabajo de los autores.
La IA ya se utiliza ampliamente en diversas áreas, incluyendo programas como ChatGPT para optimizar tareas cotidianas. Sin embargo, el informe ve un aumento considerable en la inversión privada en IA generativa, lo que hace improbable detener su avance.
Ante esta realidad, Cisac, junto con otras organizaciones culturales, insta a los gobiernos a implementar regulaciones que garanticen el uso responsable de la IA y la protección de los derechos de autor.
El futuro de la industria musical y la forma en que la IA se integra en ella dependerá de las decisiones que se tomen en materia de ética, regulación y colaboración entre la tecnología y los seres humanos.
Es fundamental encontrar un equilibrio que permita aprovechar el potencial creativo de la IA sin perjudicar el trabajo y los derechos de los artistas.
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