Santiago, Chile.- Cada año, por esta época, lamentamos la muerte de un grupo importante de personas a raíz de las fiestas. La conducción y el alcohol son definitivamente una mala combinación. Por ello, además de endurecer la ley sobre bebida y conducción, el Gobierno de Chile realiza por estos días una campaña de publicidad que lleva como slogan “Demasiado tarde para volver atrás”.

El concepto, que está claramente graficado con las fuertes imágenes del comercial, hace un llamado a tomar consciencia a los conductores sobre lo que un segundo puede hacer en sus vidas y en las vidas de los demás. La campaña, similar a la que se hace todos los años ha generado cerca de sesenta y siete mil visitas en el sitio web de La Moneda en YouTube. Aún así, a la fecha, la suma de fallecidos subió ayer a 22, en el cuarto día de celebración, 17 de los cuales eran peatones, cinco de ellos bajo la influencia del alcohol. En estos casos, la causa de muerte, según carabineros, fue el cruce intempestivo de una calzada.

La publicidad en estos casos- en una variedad mucho más cercana a la propaganda- cumple un rol educativo y el impacto de las imágenes, puede disuadir a quienes piensan que los accidentes suceden sólo a los demás, de cuidarse y cuidar a quienes forman parte de su círculo. “Si bebes, no manejes”, es el mensaje final que se vuelve un recordatorio constante.

En este tipo de campaña, predomina la emocionalidad, un factor decisivo para la toma de decisiones, cualquiera sean estas y la realidad resulta motivación suficiente para que el público reaccione, en la mayoría de los casos. La publicidad aquí apela a su rol social, sin el cual la educación u orientación masiva no sería posible.

Aquí se cumple uno de los roles importantes de la industria, informar. El público decide.