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Nuestra carrera profesional suele ser uno de los temas de mayor trascendencia en nuestra vida. Suele ser la fundamentación de áreas tan importantes como la realización personal, el nivel socio-económico al que aspiramos o incluso la forma en la que contribuimos con los demás.
Al elegir un rumbo para nuestra carrera profesional, siempre lo hacemos desde la cuna de la esperanza, teniendo la mejor de las intenciones y grandes expectativas, pensando que nuestro porvenir debe ser necesariamente bueno. Así pasa el tiempo y podemos tener la fortuna de haber elegido la oportunidad correcta, en el momento adecuado y que de ella se deriven el crecimiento profesional y la realización personal que nos hagan plenos durante nuestra vida.
Sin embargo, esa no es la norma general. En la vida siempre se presentan cambios y, una situación que en algún momento fuera ideal, puede ser adversa con el paso del tiempo. También, suele suceder que nos encontremos en situaciones en las que las cosas no se han dado como pretendíamos y tenemos un déficit en nuestro desarrollo y/o satisfacción. Es justo en ese momento cuando hay que plantearse un cambio.
Darse cuenta
Lo primero que se necesita para realizar un cambio, es darse cuenta que es necesario un cambio. Ese pequeño momento en el que te concientizas que algo no funciona y que necesitas algo diferente. El tema aquí es que para plantearse algo así, hay que verdaderamente darse el momento de reflexionar que tan bien estamos en nuestra situación actual. Pensar, reflexionar y evaluar todos los aspectos que son importantes para nosotros mismos.
La zona de confort
La zona de confort es uno de las principales causas por las que no nos damos cuenta que necesitamos un cambio. Esto se debe a que está en la naturaleza de las personas habituarse a su entorno (sea cual sea). Así que si por desgracia estás en un trabajo que en el que tu vida sea miserable y duras lo suficiente, lo más probable es que te habitúes a este y halles la forma de sobre llevar las cosas. La zona de confort nos brinda seguridad y cierta comodidad porque de alguna manera ya sabemos que esperar. Así que para realmente darnos cuenta, es imprescindible estar dispuestos a salirnos de la zona de confort y abrirnos a algo inesperado.
Realización vs realidad
Una vez que estás abierto a reflexionar y salirte del confort de tu rutina, toca evaluar a mayor profundidad los puntos de mayor importancia para ti. ¿Qué tan cerca está tu realización de tu realidad actual? ¿Utilizas al máximo tu potencial? ¿Te realiza lo que haces? ¿Se te valoran tus contribuciones? ¿Estás conforme con tu “recompensa”? ¿Tienes espacio para dónde crecer? ¿Laboras en un ambiente armonioso? Cada uno de estos factores contribuye de forma crucial a que estemos bien y de buenas en nuestra profesión. Aunque cada uno de estos da, por sí solo, para hablar muchísimo de forma individual, es importante reconocerlos en su conjunto para una evaluación más asertiva.
Diferenciar el fondo de la forma
Otra clave importante. El cambio que puedes requerir puede ser en diferentes escalas y magnitudes. El cambio puede oscilar entre simplemente cambiarte de empresa para trabajar en lo mismo, hasta cambiar por completo de actividad profesional y comenzar de nuevo. Identifica si el cambio que necesitas realizar es de fondo (si no te gusta lo que haces) o simplemente de forma (si te gusta lo que haces pero hay algo que no cuaja en tu día a día). Las cosas que tapemos u omitamos eventualmente van a brotar con una magnitud exponenciada por el tiempo que nos tardemos en quererlas ver.
El dinero es el último eslabón
No estoy diciendo que el dinero no es importante. Al contrario. Para que la cadena funcione bien, tiene que tener TODOS sus eslabones. Sin embargo, el dinero debe ser el último eslabón en ser colocado. Si nuestro principal motivador es el dinero, es muy probable que omitamos varios factores importantes y, eventualmente, estancándonos en un sistema mal balanceado. El dinero debe ser el resultado de hacer lo que nos gusta, sentir que contribuimos y que explotamos al máximo nuestro potencial, que somos valorados, se nos recompensa y podemos crecer en un ambiente armonioso.
EL LADO “B” DE UN CAMBIO EN TU CARRERA
Personalmente, estos cinco pasos me han funcionado muy bien a la hora de evaluar mi carrera profesional. Sin embargo, hay algo más sutil que es indispensable considerar para el rumbo de nuestra carrera profesional. Este es un tema que, en realidad, se lo plantea muy, muy poca gente y es: ¿Qué tanto se alinea nuestra profesión con nuestro propósito personal o laboral?
Cuando nuestra carrera está alineada por una meta o fin que personalmente consideramos “superior” (la que quieras que sea), nuestra motivación y dirección estará empoderada de una manera que no se puede conseguir con los motivadores comunes del estatus, éxito y dinero. Esta es una condición que generalmente suele tener la gente que impulsa grandes cambios (para ellos mismos o para los demás) y que sabe la respuesta a una pregunta que muy pocos pueden responder: ¿Qué es lo que realmente quieres?
Recuerda que ante los cambios de la vida, es mejor si uno los afronta y actúa en consecuencia para que estos influyan positivamente en nuestra vida. El momento de hacerlo es YA. ¿Tú ya te planteaste si es el momento de hacer algún cambio? Quiero conocer tu opinión. Nos seguimos leyendo en este espacio para platicar de temas muy interesantes. Recuerda seguirme en @carlosluer
