Hace algunos años, la idea de que el minicomponente era lo mejor, prosperaba. Después llegó la integración, luego la portabilidad, luego la atomización y finalmente de nuevo la integración. Parece ser que los paradigmas de diseño no cambian, de forma cíclica alternan entre integrar y separar, grande y pequeño, estético e industrial. ¿Tu producto o servicio es así?
Hasta los años ochenta, la tendencia en audio era contar con un equipo de sonido separado grande y potente, al igual que los coches tendían a ser grandes y ostentosos. Súbitamente, llego la época de la crisis del petróleo y todo se hizo pequeño. Los equipos de audio se compactaron y se crearon los minicomponentes, pequeños y potentes. Luego llegó el Walkman y la música se hizo portátil, le siguió el discman y finalmente el iPod. Cada vez más pequeño y más potente – es decir con más capacidad de almacenamiento.
Por otra parte, las cámaras de fotografía pasaron de un formato de película de 127 a 35mm y luego a 110, cada vez más pequeños. Un día se acabó la película y pasamos a tarjetas compact flash y luego a memory sticks y así sucesivamente a la memoria SD. No solo pasamos a formatos más compactos, sino más poderosos y las cámaras dejaron de tomar sólo cámaras para también grabar vídeo y hasta registrar los metadatos de un GPS. Los lentes de gran formato se integraron en pequeños lentes que no había que cambiar, pues el proceso digital hacía todo. Sin embargo, llego el smartphone y no sólo era una cámara digital, también servía para navegar en Internet y claro hablar por teléfono y hasta ver la TV u oir el radio.
Mientras tanto en estos últimos treinta años, los automóviles dejaron de ser medios de transporte a espacios de entretenimiento, con consolas multimedia y con iluminación de antro. El auto también se hizo más pequeño, más eficiente y con más funciones que los diferencian entre si. Sin embargo, mantuvieron y mejoraron los estándares de seguridad.
Las computadoras de nacer como una unidad de cuatro o cinco piezas separadas e interconectadas pasaron a pantallas donde convenientemente, en la parte trasera, acomodan el CPU, memoria y almacenamiento para aparentar ser una unidad totalmente integrada. Es común observar en las casas y en las oficinas, un equipo multifuncional con impresora, fax, scanner.
El software no ha sido la excepción, por ejemplo las aplicaciones de oficina comunes, procesador de palabras, hoja de cálculo y aplicación para presentaciones, han existido en componentes separados e integrados. Actualmente, la tendencia es utilizar componentes separados con alta portabilidad de datos. Mientras tanto en apps y web la tendencia es clara al integrar aplicaciones en una “suite”.
En retrospectiva, los paradigmas de diseño han oscilado entre separado e integrado, grande y pequeño. Sin embargo la estética ahora juega un papel fundamental como factor diferenciador y valor agregado.
¡No te desconectes!
Más notas relacionadas:
Número de usuarios
¿Adios a las PCs?
Jingle Espacial o la Saga de Ulises Primero