Los estereotipos publicitarios están en continua modificación y adaptándose a nuevos patrones de consumo ante hechos sociales, frente a los que ya no es posible hacer caso omiso.
Crecen nuevos segmentos entre los que se encuentra el mercado pink, integrado por consumidores homosexuales y transgénero que demandan opciones de marca o servicios que partan de un principio básico: inclusión.
Para lograrlo, marcas como la cadena de retail Target modificaron las normas en el uso de sus baños, al permitir que personas transgénero usaran el que se adecuara a sus preferencias, en un hecho que llamó la atención, porque no solo atrajo la mirada de los medios y se sumó a una discusión que polemizó sobre esta decisión en Estados Unidos acerca de cambios que escuelas y lugares públicos como los restaurantes, debían de hacer para permitir el uso libre de los baños. El hecho que se conoció de Target, una cadena con un valor de marca de nueve mil 301 millones de dólares, según Millward Brown (junio, 2016), se tradujo en la adopción en su imagen como marca, de una decisión que modifica la percepción con la que cuenta.
Con un mercado que llevó su atención a nichos de consumidores que nada tienen que ver con la norma social o física, comenzamos a ver marcas como H&M lanzar campañas protagonizadas por personalidades como Caitlyn Jenner, a quien se relacionó de manera directa con su pasado como atleta olímpico y que es una fórmula donde pareciera que esta asociación personalidad-deporte está funcionando para identificarse con un segmento sin caer en polémicas por historias mal abordadas.
Debido a esto, Nike lanzó en su última campaña Nike: Unlimited Courage, una historia protagonizada por Chris Mosier, duatleta transgénero que representa el concepto: “tus límites están definidos por ti”.
La campaña lleva más de un millón 625 mil vistas en YouTube por lo que se comprueba que la fórmula está funcionando para las marcas, al menos con resultados en publicidad tras la inversión que realizan en el lanzamiento de estas estrategias.