Buenos Aires, Argentina.- El consumo de refrescos (gaseosas) cayó 11 por ciento en lo que del año y el de cervezas, 8 puntos porcentuales. Si se analiza en materia salud, es una buena noticia, pero no lo es para la economía el país.
La retracción del consumo en los principales rubros de venta masiva no es para nada un buen indicador de la marcha de la economía argentina, toda vez que refleja una fuerte pérdida del poder adquisitivo de los habitantes. La suba del dólar (45 por ciento en 6 meses), el aumento de los alimentos (40% anual reconocido por el propio ministro de Economía) y el incremento de las tarifas de servicios públicos (50% de la luz y más del 400% del gas natural), no va en la misma línea que los salarios, lo que limita al máximo las economías familiares.
En este marco, se conoció este lunes que el segmento de los refrescos y de las cervezas, que en lo que va del año, registraron caídas del 11 y el 8 por ciento, respectivamente.
Desde el sector, indican que la baja es parte del fenómeno de modificación de conductas y preferencias del consumidor para defenderse de los efectos de la inflación y del estancamiento de la economía. Otra causa: las bajas temperaturas. Abril y particularmente mayo fueron meses con promedios de 2 y 3 grados por debajo de la media, y eso retrae el consumo de bebidas, explicó Télam.
Consumo en números
Los argentinos consumen (cifras de mayo de 2016) 17.000 millones de litros de cerveza por año, lo que se traduce en un promedio de 45 litros per cápita. El valor está lejos de los 165 litros de República Checa y los 170 de Alemania, pero viene creciendo.
Si se habla de refrescos, la caída es mayor (11,34% en lo que va de 2016) y, según la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol, es más grave en las primeras marcas. Ver: “Los refrescos de segundas marcas ganan lugar”.
En los primeros cinco meses del año, los argentinos consumieron 1,5 millones de litros de refrescos, frente a 1,7 millones del mismo período de 2015. Sólo en mayo, el consumo de refrescos bajó un 21 por ciento, un verdadero desastre para los números del sector.
Por capita, cada argentina consume un promedio de 118 litros por año. Hasta el año pasado, el sector venía creciendo a pesar del crecimiento de competencias como jugos y aguas saborizadas.