• Aunque no se dió una cifra exacta, la Casa Blanca apunta que se invertirán cientos de miles de mdd en el B3W

• Tampoco hay un periodo de tiempo específico ya definido para ejercer estas inversiones 

• Ni siquiera se han dado a conocer los países beneficiados, solo se especificó que serían de ingresos bajos y medios

Una de las primeras propuestas del Grupo de los Siete (G7) durante su reunión en Inglaterra es una ambiciosa iniciativa de inversión en infraestructura en el resto del mundo. De acuerdo con Reuters, el proyecto se llamará Build Back Better World (B3W). Voceros de la Casa Blanca han dicho que la idea del programa es ayudar a cerrar la brecha de 40 billones de dólares que aún falta en el mundo en desarrollo para 2035. También busca contrarrestar la influencia de China.

En 2013, el gobierno de Xi Jinping lanzó un programa de infraestructura multibillonario, Belt and Road Initiative (BRI). Desde entonces, más de 100 países en todo el mundo han cerrado contratos con Pekín para construir vías de ferrocarril, puertos, carreteras y otros proyectos. La administración de Joe Biden aclaró que no solo se trata de presentar un reto a Pekín. También quiere “una alternativa que refleje los valores, estándares y forma de hacer negocios” del G7.

Cabe destacar que las naciones democráticas más poderosas del mundo no dieron a conocer cuánto dinero se piensa dedicar para B3W. Asimismo, tampoco se dieron detalles sobre cómo se piensa ejercer el presupuesto ni qué condiciones se le pondrán a los países beneficiados. Sin embargo, según el gobierno de Estados Unidos (EEUU), el G7 sí tiene claro que se quiere centrar en temas como clima, salud, seguridad médica, tecnología digital y equidad de género.

B3W vs BRI

Que el G7 esté interesado en contrarrestar el plan de infraestructura de China no es ninguna coincidencia. En datos de International Policy Digest, la inversión de Pekín ya está dando sus frutos. Entre 2013 y 2018, lideró el 12 por ciento de las fusiones y adquisiciones de escala multinacional. Y mientras su inversión directa en el extranjero se expandió 18 veces de 2005 a 2017, también creció 10 veces el dinero recibido en proyectos de construcción en ese periodo.

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Es evidente que el enfoque de China con la BRI está funcionando. Y el problema del G7 es que no solo está por detrás en tiempo, sino también en dinero. De acuerdo con Statista, solo en las verticales de energía, transporte y bienes raíces, Pekín ha gastado más de 227 mil millones de dólares (mdd). Y esta cifra solo abarca de 2013 y 2018. Las grandes democracias del mundo tienen que gastar lo más fuerte, rápido y eficientemente posible para cerrar la enorme brecha.

Pero hay una buena posibilidad que el G7 esté dispuesto a darle seguimiento necesario. A lo largo de toda la reunión, el discurso ha sido consistentemente recuperar el liderazgo global frente al creciente poderío tanto de China como de Rusia. Esto se puede ver en el enfoque que han puesto a temas como el de las vacunas. Según BBC, han hecho promesas para reforzar la donación de unidades a países menos afortunados. Así que, al menos ahora, está la voluntad.

La otra gran preocupación del G7

Además de contrarrestar la influencia de China y Rusia en el mundo a través de vacunas y el proyecto de infraestructura, hay otro gran tema que se cierne sobre el G7. Desde el fin de semana pasado que representantes del Grupo acordaron crear un nuevo impuesto corporativo mínimo a escala global. La idea es reducir significativamente la incidencia de la evasión de impuestos entre grandes multinacionales, eliminando el atractivo de los paraísos fiscales.

Sin embargo, esta propuesta impositiva no ha estado libre de problemas. Además del reto de convencer a otras naciones de adoptar la propuesta, el G7 también está viendo cómo atrapar en sus redes a las multinacionales más difíciles de someter. Especialmente, los márgenes de ganancia de Amazon, notablemente bajos, han sido motivo de amplia discusión en los últimos días. Sin embargo, ya se han discutido soluciones técnicas que les permitirían aplicarle la tasa.