“!Oh¡ ¿Y ahora, quien podrá ayudarnos?”
El grito de ayuda de la selección mexicana de futbol americano retumbó en los medios reclamando por estar todavía “en tierra” cuando debían estar ya volando rumbo a Finlandia para su primer partido en el Mundial Femenil de la disciplina. Las habían dejado abandonadas a su suerte tanto por la huelga de pilotos de Lufthansa como por el descuido (¿o falta de atención?) de la Federación Mexicana de Futbol Americano y por la falta de… recursos que les debía haber mandado la CONADE.
Todo un circo en el que las únicas afectadas son las deportistas. Como siempre, o más bien, como ha ocurrido en mayor medida en los últimos años, no solamente con deportistas, sino también con otras personas valiosas en ámbitos del arte, la ciencia y la cultura en México que han sido abandonadas a su suerte, teniendo que “entrar al quite”, por ejemplo, personajes como Guillermo del Toro, apoyando desde niños matemáticos hasta dando becas para nuevos talentos de cine mexicanos.
“Lo último que se pierde es la esperanza, Señor Barriga”
Las jugadoras utilizaron uno de sus últimos recursos para salir del problema en el que se encontraban: hacer un video que subieron en Twitter solicitando la ayuda a Ricardo Salinas Pliego, señalando que el empresario era la única persona en México que podría ayudarlas para tomar un vuelo a tiempo y así llegar a Helsinki para presentarse en el juego inaugural al día siguiente de la emisión del video. Salinas Pliego era su esperanza, su salvavidas, su buscado héroe que las podía llevar volando al otro lado del Atlántico
¿Qué podrían perder? Ya habían intentado todo lo que tenían en sus manos, hasta un desastroso bloqueo sobre Río Churubusco con el que no lograron su objetivo. Algo de tráfico, si. Que salieran en los medios, también. Que las escucharan quien tenía que escucharlas, eso no.
Por eso, aunque a mucha gente no le gustó la respuesta de Salinas Pliego, a otras tantas personas les hizo mucho sentido. Les contestó lo siguiente:
“A qué se comprometen, porqué ayudarlas a ustedes y no a la ciencia o a la educación: ¿Si las ayudo se traen el 1er lugar? ¿Si no se traen el 1er lugar me pagan lo que invertí más un 33% extra (con contrato firmado por sus papás)? ¿Es mi obligación o del Gobierno ayudar?”
“Bueno, pero no te enojes”
¡PUM¡ Si, efectivamente el “bateo” es fuerte. Pero no deja de ser cierto.
Mientras hay errores y descuidos de parte de las dependencias oficiales se espera que la iniciativa privada, la gente común, de a pié, o las mismas empresas y sus marcas sean los que tapen los baches.
Las jugadoras lograron viajar, las esperaron en el mundial, ganaron su primer partido dándole una paliza al equipo de Australlia y, hasta el momento en el que escribo esta columna, no tienen boleto para regresar a México.
Si, los mexicanos somos solidarios por naturaleza. He ahí grandes ejemplos como los terremotos de 1985 y del 2017 y otros desastres naturales en donde la primera en intervenir y reaccionar adecuadamente fue la sociedad civil.
Pero, ¿que tenemos que esperar de los empresarios y de sus marcas si las dependencias, que se supone están ahí todas en beneficio del país y de los mexicanos, no actúan? ¿Debemos esperar que hagan lo que otros dejan de hacer?
Estas marcas sobreviven gracias a sus usuarios y consumidores. Porque hay un intercambio entre lo que ofrecen y lo que pagan las personas por esos productos y servicios. Hasta ahí, el trato está cerrado. El intercambio se logró. Se pagó por el beneficio obtenido.
Pero, ¿que pasa cuando contra los impuestos que se pagan y que se traduce en el presupuesto disponible en las dependencias oficiales, no se recibe el beneficio esperado al ciudadano mientras hay más “politequeo” que servicio a los mexicanos?
¿Están obligados los empresarios y las marcas a dar la cara frente a algo que no les corresponde? Si ellos quieren aprovechar su experiencia, su infraestructura, parte de sus ganancias en pro de una causa social y a favor de los mexicanos, ¡Muy bien!, eso demuestra que la empresa está comprometida con la sociedad y con el país que le ha ayudado a estar en una condición privilegiada, pero no es su tarea principal.
“Que no panda el cúnico”
Que conste que no estoy defendiendo a que los empresarios y sus marcas no metan las manos frente a una causa social. Al contrario. ¿Qué tal si se ponen las pilas desde el Gobierno y sus dependencias y comienzan a trabajar en estrategias de patrocinio legal y transparente para que no se vean tan ahorcados en la próxima y tan cacareada “pobreza franciscana”?
¿Qué tal si con esas acciones se da un apoyo importante para que no haya una mayor merma en los apoyos a la cultura, a la ciencia y al deporte en el país?
No importa que haya presencia de las marcas de manera evidente siempre y cuando se apoye a areas de vital importancia en el país. Sin intermediarios que dicen que trabajan por México (como algunas organizaciones) y que solo se quieran llevar su “tajada”. Todos trabajando en conjunto y así poder destinar también más recursos a la educación, a la salud, al desarrollo agrícola, a la población en pobreza extrema y con crisis alimentaria.
Al final del camino, un ganar-ganar y cada quien haciendo el trabajo que les corresponde.
¿Cómo ven? ¡Hasta alcanzaría para Dos Bocas y el Tren Maya!
“Con permisito, dijo Monchito”