El 2017 fue un gran año para Netflix, ya que la plataforma de streaming cerrá el año con más de 110 millones de usuarios y con presencia en 190 países y con producciones originales como Stranger Things, Orange is the New Black y Dark y con una audiencia superior a los 15 millones de espectadores por capítulo de estreno en alguna de sus series, como reportó Nielsen.

Desde inicios de 2017, Netflix reveló que se enfocaría en crear contenidos originales, y para ello, aumentó su presupuesto, al ser de 3 mil millones de dólares, sin embargo, tras el anuncio de su separación de Disney, junto con casi todas sus producciones, la compañía anunció enseguida que su financiamiento a contenido original aumentaría hasta 7 mil millones de dólares en 2018.

Entre las apuestas de Netflix, estaban películas, como Bright, la cual apostó por la añeja fórmula taquillera de acción, cuyo costo ascendió a los 90 millones de dólares y que se proyectarse en salas de cine habría superado ese monto en recaudación, pero quizá la compensación son los millones que obtuvo en audiencia.

De acuerdo con Nielsen, Bright fue vista por 11 millones de espectadores durante los tres primeros días de su lanzamiento, lo cual es una cifra que solo obtienen los programas en horario premium en televisión, sin olvidar que el estreno de Stranger Things 2 tuvo 15.8 millones en audiencia.

Traducido en cifras de cine, si Bright hubiera sido estrenado en salas de exhibición, si los 11 millones de espectadores hubieran comprado un boleto, la película habría obtenido 98.2 millones de dólares en su primer fin de semana, es decir, habría superado a Star Wars: The Last Jedi, la cual ganó 71.5 millones de dólares en su semana de apertura.

Si bien existe una diferencia entre el cine y quedarse en casa para ver Netflix, para analistas, Bright es un precedente que definirá el éxito de las próximas grandes producciones de Netflix, ya que quedaría probado que la inversión por filmar la película valió la pena, aunque las ganancias serían “normales”, tampoco lograría las cifras de Titanic o Avatar, cuya recaudación superó los mil millones de dólares.