El término brainstorming es el equivalente de lluvia de ideas, es decir, se trata de la técnica desarrollada por Alex Osborn en 1953, publicada en el libro “Applied Imagination”, enmarcada dentro de los procedimientos para generar propuestas, sobre todo en publicidad.
Es ideal para aplicarse cuando es necesario obtener ideas sobre un producto o servicio y así solucionar un problema concreto, por medio del método que contempla a por lo menos 10 personas reunidas con un mismo objetivo que debe cumplirse en un límite de tiempo, evitando en todo momento las críticas y por el contrario, animando a los integrantes a expresar la mayor cantidad.
El objeto de las reuniones es destacar las ideas más creativas, pues se trata de una característica clave para que el consumidor elija una marca sobre otra, según el Estudio de Marcas Mexicanas elaborado por el Departamento de Investigación de Merca2.0 este año.
El análisis refleja distintos indicadores que favorecen el uso de la creatividad como principal ingrediente a la hora de generar contenidos publicitarios. De hecho, el 38.5 por ciento aseguró que influye mucho en la decisión de compra, mientras que el 29.8 por ciento respondió regular y únicamente el 7.2 por ciento dijo creer que no influye en nada.
Sin embargo, y como en toda técnica, existen detractores del brainstorming, del que dicen que la final lleva simplemente a la holgazanería, por ejemplo el investigador George Davidson, del Laboratorio Nacional de Sandia en Estados Unidos, quien realizó un experimento en el que dos grupos de personas debían resolver un problema complejo, en uno de ellos los integrantes trabajaron individualmente, en el otro realizaron equipos.
Los resultados llevaron a la conclusión de que el grupo con ideas en solitario propusieron soluciones más efectivas y originales. En este sentido, Brian Mullen, de la Universidad de Siracusa de Nueva York, añadió que cuanto mayor sea el grupo de brainstorming, menor productividad tendrá.
Aunque, el mismo autor coloca la razón por la que la lluvia de ideas no es efectiva en cualquier circunstancia, ya que dijo que “el brainstorming se popularizó en exceso, demasiado rápido, con el resultado de que en la mayoría de los casos era mal utilizado. Mucha gente saltó a él como si fuera la panacea, y luego se volcó en contra cuando los milagros no sucedieron”.
Así, la lluvia de ideas es una técnica que puede ayudar en una etapa para solucionar un problema o generar ideas creativas par una campaña, las empresas pueden aprovecharla; sin embargo, no es la solución completa ante un dilema.
Lo cierto es que las campañas resultan beneficiadas con la creatividad. Cabe mencionar que la inversión en publicidad en México, ascendió a más de 74 mil millones de pesos durante 2015 y se prevé que este año incremente sus cifras.