El gobierno boliviano suspendió este jueves el permiso de operaciones de la aerolínea Lamia y a las autoridades del sector aeronáutico mientras investigan las causas que permitieron el despegue del avión que se estrelló el lunes en Colombia y causara la muerte de la mayor parte de la comitiva del equipo de futbol Chapecoense, indicó el ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda, Milton Claros.
La decisión afecta a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y a la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA), enfatizó el funcionario durante una conferencia de prensa.
“No estamos responsabilizando a ninguna persona, pero mientras duren las investigaciones vemos conveniente que los ejecutivos puedan ser suspendidos”, señaló.
El ministro agregó que se investigará si o hay un parentesco entre el director general de Lamia, Gustavo Vargas Gamboa, y el director del Registro Aeronáutico Nacional de la DGAC, Gustavo Vargas Villegas, que según reportes de varios medios de comunicación son padre e hijo.
“Los resultados mostrarán qué tipo de relación ha existido (entre la DGAC y Lamia), parentescos, etc”, sostuvo la autoridad.
Lamia operaba con tres aviones tipo Avro Regional Jet 85, el que se accidentó contaba con más de 15 años de funcionamiento, este modelo se dejó de fabricar en 2003, debido a que ese tipo de aeronaves presentaba problemas de sobrecalentamiento en su componente electrónico.
El director general de Lamia, ha responsabilizado al piloto del avión accidentado y también accionista de la empresa, Miguel Quiroga, ya que tenía la opción de cargar combustible en Bogotá en caso de sufrir un desabasto y no lo hizo.
El Ministerio de Obras Públicas ordenó hacer dos investigaciones: una sobre por qué se otorgó a Lamia una certificación como operador aéreo y si cumplía todos los requisitos y la otra sobre el capital de la empresa, sus accionistas y ejecutivos.
La DGAC se encargada de la supervisión técnica de las aeronaves y AASANA es la que aprueba los planes de vuelo.
Hasta la fecha, según la autoridad boliviana, en el ministerio no tienen “la certeza de cuál ha sido la falla precisa” de la aeronave de Lamia, que se estrelló causando la muerte de 71 personas, entre ellas casi toda la plantilla del Chapecoense.