El valor de marca de Boing a nivel mundial cayó por debajo de los 22 mil millones de dólares en 2020. En parte, por el impacto de la pandemia, pero además por los graves problemas de diseño que tuvieron los 737 Max, incluyendo dos accidentes con cientos de víctimas fatales.
Pero parece que las complicaciones para Boeing no han terminado: el fabricante de aviones está siendo investigado por supuestas fallas en piezas de titanio de otro avión, el 787 Dreamliner.
Así lo publica el Wall Street Journal este 14 de octubre, asegurando que los errores en las piezas han retrasado las entregas de aeroaves.
El nuevo problema involucra a ciertas partes de titanio que son más débiles de lo que deberían ser en los 787 construidos durante los últimos tres años, según WSJ.
El descubrimiento se encuentra entre otras dificultades de los Dreamliner que han dejado a Boeing con más de 24 mil millones de dólares en aviones sin poder entregar.
El hallazgo refleja que el fabricante estadounidense no puede repuntar a pesar de los esfuerzos de su presidente ejecutivo, David Calhoun, por restaurar la reputación de la marca en lo que respecta a la construcción de aviones de calidad.
Boeing se ha enfrentado a una serie de problemas de producción en los últimos años: los dos accidentes del 737 Max a fines de 2018 y principios de 2019 llevaron a los reguladores de seguridad aérea de todo el mundo a intensificar el proceso de supervisión, lo que retrasa las entregas.
Uno de los últimos episodios de esta naturaleza ocurrió en agosto de 2021, cuando la agencia de supervisión aseguró que Boeing incumplió uno de los pasos del proceso de verificación al permitir que personal no calificado firmara controles de calidad sin seguir las pautas de la compañía y de la FAA.
Las entregas del popular avión están ahora paralizadas, presionando los ingresos y las ganancias de Boeing.
Boeing: trapos y herramientas en aviones terminados
Las inspecciones en la producción de aviones de la FAA sobre Boeing también han hallado restos que se generan durante el proceso de fabricación y que quedan en los aviones terminados.
A principios de 2020, se habían encontrado deshechos en dos de cada tres naves, como herramientas, trapos y otros materiales que no son sacados luego del armado y pueden representar un peligro para la seguridad durante el vuelo.
El número de pedidos de aviones Airbus y Boeing entre 2006 y 2020 muestra cómo la situación de Boeing se comenzó a complicar seriamente en 2019, luego de los accidentes.
Ese año, la compañía de Seattle recibió sólo 243 pedidos, frente a más de 1.100 de su rival Airbus.