Los diarios, esos cuadernillos en los que una persona escribe día por día sus vivencias o pensamientos dejaron de ser ese recipiente de memorias con tono romántico y nostálgico.
Fueron devorados por la tecnología y dejaron de ser privados para ser públicos e, inclusive, fuente de ingresos para algunos “vivos” o “vivas”, los bloggers o blogueros, que lo han utilizado ya como una herramienta de trabajo (no convencional) escribiendo precisamente en sus blogs.
El blogger, no se ha quedado nada más en platicar experiencias personales. Ya que se ha “profesionalizado” -por decirlo de alguna manera- y no todos los que se dedican a escribir en blogs logran llegar a las grandes ligas. No todos son blogueros profesionales. Estos tienen de media 3 blogs, publican de 2 a 3 veces por semana y han tardado más de 4 años para llegar a ese punto.
Por eso, si les ha costado llegar ahí, cobran, y muy bien.
¿Porqué? Las empresas los buscan porque reconocen en ellos a grandes influyentes y recomendadores que pueden acercar sus productos y servicios al común de la gente y de una manera muy dirigida. No son balazos al aire, pues los lectores de cada uno de estos blogueros son mercados identificados de públicos que, en la mayoría de los casos, le dan más credibilidad a quienes perciben como alguien similar a ellos -por edad, gustos, estilos de vida- que a un spot de TV o un anuncio de revista, porque están donde ellos están y viven y hablan como ellos.
Los blogueros generan confianza y mantienen una gran influencia entre los consumidores. De acuerdo con una encuesta, aplicada por la compañía de performance marketing europea Affilinet, aplicada a 2,000 consumidores, los blogueros se erigieron como los indicadores más confiables en lo que respecta a las opiniones vertidas por estos en relación con los productos y servicios que la audiencia busca. Una posición de liderazgo por encima de otras categorías, como los compañeros de trabajo, los vendedores y las celebridades que se anuncian a través de los medios de comunicación.
Los blogueros profesionales se identifican como una herramienta poderosa para enganchar a los consumidores y se cotizan alto.
Un ejemplo de esto, son los blogueros que escriben sobre moda, complementos y estilo, que se han convertido en una de las principales referencias de las marcas para dar a conocer sus productos y colecciones a un público que confía en estos expertos, convirtiéndolos en gurús de la moda y que algunos de ellos pueden ganar hasta un millón de dólares por esta tarea.
Y ahora blogueras especialistas en moda aprovechan Instagram para subir fotos que también les generan ingresos.
De acuerdo a un artículo del blog de moda de El País “Casi ninguna de las fotos que una bloguera de moda cuelga en su cuenta de Instagram está ahí por casualidad. Detrás de esos zapatos que acaba de estrenar o de ese bolso de última tendencia que quiere compartir con el mundo, suele esconderse una marca que ha pagado previamente por aparecer en el newsfeed de determinada blogger”.
¿De cuánto dinero estamos hablando? Las cifras pueden variar desde los 500 hasta los 5,000 dólares si la cuenta de la bloguera tiene cientos de miles de seguidores y si llega a alcanzar 6 millones de fans, puede recibir entre 20,000 y 100,000 dólares cada vez que comparta una foto.
Una de ellas es Danielle Bernstein, una bloguera de estilo personal de 22 años que está logrando hacer un gran negocio con estas recomendaciones fotográficas. Ahora ya lleva un millón de seguidores, a ver a cuántos llega.
Chequen su Instagram https://instagram.com/weworewhat/:
El futuro pinta bien para esta herramienta de recomendación de marcas. Si el bloguero acuerda subir una cierta cantidad de imágenes a Instagram, sin subir otros de la competencia, tiene contrato seguro.
La tendencia en este tipo de medio está muy interesante: la industria de la moda estima que las marcas invertirán más de 1 billón de dólares por año tan solo por posts en Instagram.
Una muestra más de que las maneras de llegar a la gente, y que le crean a la marca, se transforman cada vez más rápido.