La historia que estamos contando en algún momento del caso debió escribirse, semana de encuentro global, mi espacio atemporal favorito. Vivir en pretérito, un ejercicio en tiempo real al que reviramos con timidez; La difícil tarea de contar una historia supone hacer coincidir lo único verdadero (el pasado) con la ilusión (el futuro) de estas dos variables solo una se mantiene constante, sin embargo hemos practicado en su desentendimiento.
“El Águila hizo un gran negocio, los negociadores mexicanos en esa ocasión fueron demasiado generosos. Creo que la historia será muy severa con ellos, ella dirá la última palabra”. Estas palabras suscritas por Don Jesús Silva Herzog respecto de la indemnización por $81,250,000.00 dólares que el gobierno mexicano realizó como pago de intereses en el año 1947 a: El Águila, filial de la empresa estadounidense SHELL en nuestro país.
¿A qué se refirió Jesús Silva Herzog con “ella dirá la última palabra”? Esta semana se efectuó el encuentro global de egresados de la escuela de negocios más prestigiada en este país, en este segundo encuentro digital se abordaron temas relacionados con el “bien hacer” de quienes osadamente intentan emprender, sobrevivir, e incluso crecer sus organizaciones. El refrescante contacto con la orla y los ponentes por dos medios días, se convierte en un “bálsamo de judea” para muchos de nosotros.
El inevitable camino que han tomado las reuniones culturales, sociales y académicas en este territorio nos alojó en más de una ocasión durante el evento, en el teatro del entorno político económico que vivimos. Cuestiones como ¿hacia dónde nos dirigimos? ¿lo malo y lo feo de este momento mexicano? Sí, en esta dirección se tocaron a manera de exposición los temas de la política económica en México. ¿y lo bueno? ¿Acaso no hay nada rescatable?
Para los que no estamos inmersos en el ambiente político de manera directa y fungimos como espectadores permanentes, el planteamiento de una sola visión alienta poco o nada en la procuración del diálogo, diálogo que por supuesto es la carencia más visible en los intentos por construir.
Tal vez Jesús Silva Herzog se refiere a la “última palabra” como el resultado de un verdadero análisis de los “hechos del caso” premisa fundamental del método utilizado por algunas instituciones en su academia. El desdén con el que eventualmente nos deslindamos del pasado transforma este valioso activo, en un “pasivo intangible” que corrompe y descalcifica cualquier intento por estructurar la idea en nuestras organizaciones. El profesor Felipe González en este mismo foro nos invitaba a seguir las olas pero no solo como tradicionales surfistas. ¿Sería preciso cargar con nuestro Snorkel para asomar bajo la superficie visible y a veces tersa que aparenta la cresta?