- El vestido viral generó un debate global sobre la percepción del color al dividir opiniones sobre si era blanco y dorado o azul y negro.
- La percepción del color varía debido a factores como la iluminación y la interpretación cerebral, no solo al daltonismo.
- El caso enseña sobre el poder de la viralidad, la subjetividad de la percepción y la importancia del contexto en marketing.
Este febrero de 2025 se cumplen 10 años de uno de los fenómenos virales más recordados de Internet: el debate sobre el color de un vestido que dividió al mundo. Aquella prenda, subida a Tumblr por la usuaria Swiked, desató una conversación global sobre la percepción del color y la forma en que nuestros cerebros interpretan la información visual.
En Merca2.0, en aquel lejano 2015, publicamos un artículo que también se hizo viral (Un vestido blanco y dorado está dividiendo al mundo (o es negro y azul).
El origen de la controversia
Todo comenzó cuando Swiked compartió una fotografía de un vestido y preguntó a sus seguidores si lo veían blanco y dorado o azul y negro.
La pregunta, aparentemente sencilla, detonó una ola de reacciones y discusiones en redes sociales.
La viralidad se disparó cuando Buzzfeed (en ese momento un medio en crecimiento) retomó el tema, creando un artículo que amplificó el debate a niveles masivos.
En cuestión de horas, hashtags como #whiteandgold y #blackandblue inundaron Twitter, generando más de 700,000 tuits en tan solo 10 horas.
La controversia no se limitó a Internet; llegó a conversaciones familiares y a los medios masivos de todo el mundo.
El cerebro detrás del color
La ciencia detrás de este fenómeno tiene que ver con la forma en que el cerebro procesa la información visual.
Según se explicó en ese momento, la percepción del color está influenciada por factores como la iluminación del entorno, el contraste del monitor e incluso si la persona viene de un lugar oscuro o iluminado. En efecto, no todos vemos los colores de la misma manera, y esto no está relacionado con el daltonismo, sino con la interpretación individual de la información que recibimos.
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Julio Lillo Jover, catedrático de Ergonomía de la Universidad Complutense de Madrid, le dijo a El País que este fenómeno se debe a la “constancia parcial del color”. El cerebro compensa los excesos y defectos de la iluminación, permitiéndonos identificar una camisa blanca incluso en una habitación poco iluminada.
Vestido viral: lecciones para el marketing y la publicidad
El caso del vestido ofreció varias lecciones valiosas para los profesionales del marketing y la publicidad:
- El poder de la viralidad: Un simple elemento visual puede generar un debate global y atraer la atención de millones de personas. Para los expertos en marketing, esto subraya la importancia de crear contenidos atractivos y que inviten a la participación del público.
- La percepción es subjetiva: El color, un elemento fundamental en el diseño y la publicidad, no es percibido de la misma manera por todos. Es fundamental considerar las diferencias individuales en la percepción visual al crear campañas publicitarias.
- El contexto importa: La iluminación, el entorno y las experiencias previas influyen en cómo percibimos los estímulos visuales. Los publicistas deben tener en cuenta estos factores contextuales al diseñar anuncios y estrategias de comunicación.
- El engagement a través de la controversia: El debate del vestido demostró que la controversia puede ser una herramienta eficaz para generar engagement y conversación en redes sociales. Sin embargo, es importante utilizar esta estrategia con cuidado y responsabilidad, evitando temas que puedan resultar ofensivos o polarizantes.
En el décimo aniversario de este fenómeno viral, el vestido sigue siendo un recordatorio de cómo la percepción, la tecnología y las redes sociales se entrelazan para crear momentos memorables.
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