• El mapa de Fortnite de Biden/Harris tiene también una estación de votación virtual, donde la gente puede participar en un sondeo electoral

• Asimismo, dos de las actividades retan a los jugadores a encontrar tenis o reunir todas las bolas de helado posibles

• De acuerdo con Mashable, la experiencia puede servir para que los padres involucren a sus niños en el proceso electoral desde temprana edad

La mejor forma de alcanzar a los votantes más jóvenes es, aparentemente, meterse a Fortnite. Al menos así lo da a entender la nueva activación política de Joe Biden y Kamala Harris, los candidatos demócratas a ocupar la Casa Blanca para las inminentes elecciones. De acuerdo con Mashable, hace un par de días que su equipo de campaña lanzó un mapa personalizado para el popular videojuego de Epic Games. Pero no se trata solo de un simple stunt político.

Este proyecto de hecho es una experiencia en Fortnite de entre 20 y 30 minutos que transmite a los jóvenes el plan de recuperación económica de Biden/Harris en Estados Unidos (EEUU). El mapa, llamado Build Back Better with Biden, se encuentra en “Reboot City” y está pensado como una aventura de un solo jugador. Christian Tom, director de alianzas digitales del ticket demócrata, dijo a Mashable que la iniciativa es una forma de interactuar con el electorado.

A lo largo de la aventura en Fortnite, los usuarios deben de llevar a cabo varias tareas, que son un espejo de lo que Biden/Harris han prometido para la recuperación económica de EEUU. Por ejemplo, la construcción de torres 5G, una nueva instalación de investigación y una planta de recolección de desechos industriales. También se puede ayudar a construir una nueva fábrica de autos eléctricos. Además de estos retos, el mapa está lleno de Easter Eggs de la campaña.

Fortnite como una herramienta para las elecciones

Si bien parece que se trata de una activación fuera de lo común, no es la primera vez que los candidatos demócratas utilizan un videojuego como Fortnite para su campaña. Según la misma Mashable, Biden/Harris también lanzaron a inicios de septiembre un diseño de carteles en Animal Crossing: New Horizons. Estas decoraciones, naturalmente, tenían el icónico logo de la campaña apoyando la candidatura por la Casa Blanca de los dos políticos para 2020.

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Si bien parece fuera de lo común usar un “juego para niños” como vehículo electoral, de hecho es una idea genial de promoción política. De acuerdo con Verto, 28 por ciento de la población gamer en EEUU es menor de edad. Es probable, aunque incierto, que en Fortnite haya una proporción similar. Pero de los individuos mayores de edad que usan este título regularmente, el 62.7 por ciento tiene entre 18 y 24. Y éste sector será invaluable en las elecciones de 2020.

De acuerdo con CNN, generalmente la cantidad de gente joven que participa activamente en las elecciones de EEUU suele ser reducida. Sin embargo, activistas esperan que en 2020 no solo se revierta la tendencia, sino que se potencie radicalmente. En algunas encuestas, más de la mitad de este segmento está ansiosa de votar en esta jornada, frente a solo el 30 por ciento de 2016. Así pues, Fortnite se consolida como una interesante estrategia de conexión.

Videojuegos como experiencias fuera del gaming

El caso específico de Fortnite es particular porque no solo ha servido para llevar a cabo una campaña presidencial. Varias industrias y proyectos se han aliado del popular juego para dar rienda suelta a instalaciones creativas digitales. Por ejemplo, el último tráiler de Tenet se liberó a través del videojuego. La sesión masiva ayudó a darle una difusión más interactiva al video, así como alcanzar a millones de personas que regularmente disfrutan del título de Epic Games.

Pero no solo Fortnite está potenciando el mundo del entretenimiento. A mediados del año, una artista presentó una nueva instalación en la forma de un mapa personalizado dentro del juego. La gente no solo podía observar las piezas mientras avanzaba por el espacio virtual, sin tener que salir de casa. Contrario a un museo, se le animó activamente a la gente a interactuar con la exposición, convirtiéndola más en una experiencia que en una muestra más convencional.