Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC), el mayor fabricante de chips del planeta, analiza la construcción de una segunda planta de empaque en EE.UU, que se sumaría a la que hoy está levantando en Arizona y que estará operativa en 2024.
De esta forma, Estados Unidos se asegurará tener en su territorio buena parte de la producción del gigante taiwanés, compañía clave en la cadena de diseño y fabricación de semiconductores.
La nueva planta llevaría adelante el envasado de los chips utilizando tecnología avanzada para integrar diferentes clases de semiconductores.
La idea es avanzar en la innovación de este tipo de procesos, procedimientos en los que TSMC se está quedando atrás de sus rivales Intel y de la surcoreana Samsung. Se trataría de la primera línea de producción de este tipo de TSMC fuera de Taiwán.
En realidad, TSMC ya está levantando su primera planta de fabricación de chips en Estados Unidos en más de 20 años. Es una fábrica que demandó una inversión de más de 11 mil millones de dólares en Arizona y que comenzará a producir en 2024.
Será una planta que permitirá producir chips de cinco nanómetros, la generación más avanzada de semiconductores.
Son los que usan los procesadores de los modelos más nuevos de iPhone.
Negociando con TSMC
Washington tiene forma de presionar a TSMC. Basta con mencionar que Estados Unidos representó en 2019 el 60 por ciento de los ingresos de la compañía taiwanesa.
A Joe Biden le preocupa el grave riesgo geopolítico que supone que la gran mayoría de los chips que necesita su industria están fuera de su país y, además, tan cerca de China.
La producción de estos chips es clave para el avance tecnológico mundial y la prueba está en que la escasez actual ha puesto en jaque varias industrias, como la de los automóviles.
De más está decir que China ve a la isla gobernada democráticamente como parte de su propio territorio y no ha renunciado a la idea de recuperarla, incluso por la fuerza. Un motivo más de preocupación para Biden.
Para ponerle un número a este riesgo, se puede decir que el cálculo que hace Washington es que por cualquier interrupción en la cadena de producción o distribución en Taiwán se correría el riesgo de tener una pérdida de 480 mil millones de dólares en ingresos para los fabricantes de productos electrónicos del mundo.
Los mayores problemas están justamente en las dos áreas en las que Washington pretende avanzar con las nuevas plantas: chips de avanzada y empaquetado de alta tecnología.
TSMC también está construyendo una planta de empaque de chips en la ciudad taiwanesa de Miaoli que entrará en producción en 2022. Allí ya tiene dos clientes asegurados: Advanced Micro Devices y Google.
Con una participación de mercado de más del 50 por ciento, TSMC es el fabricante de chips líder en el mundo. Fabrica semiconductores para otros desarrolladores de chips y tiene clientes clave de la industria como Apple, Qualcomm y Nvidia.
También le vende chips a proveedores de automotrices, como NXP, RenesasElectronics e Infineon.
Y hay más: fabrica los chips para los aviones de combate F-35.