El mercado de moda barata es uno muy polémico, por la condición social de la manufactura de sus prendas y el impacto ambiental que tienen estas marcas, sin embargo, el factor de precio es algo que sigue seduciendo a los consumidores.
Pensemos en lo que ha ocurrido con el reciente vestido de novia que ha lanzado Bershka con un precio de 40 euros, el equivalente a 930 pesos (esto al momento de ser consultado el tipo de cambio).
La prenda no es un vestido como tal, de hecho se trata de un mono largo en color crudo y con bandas anudadas en al parte frontal a la altura del pecho.
Esta prenda es una interesante oferta con la que cuenta la marca, pues representa el crecimiento de la apuesta del mercado fast fashion por un segmento de vestidos de novia, cuyo gasto promedio por una prenda de este tipo es de mil 509 dólares, según estimados de xo group.
Otras enormes firmas como H&M ya han extendido sus brazos a esta categoría, con el lanzamiento de una línea de bajo costo de vestidos de novia con precios de hasta 130 euros (tres mil pesos aproximadamente, al momento de ser consultado el tipo de cambio).
Bershka, por ejemplo, es la cuarta marca con más número de ventas dentro del mercado de moda en México, esto de acuerdo con cifras de Euromonitor.
Su dominio en el mercado, como el de cualquier marca que tenga esta categoría, las obliga a mantener mayor control en las acciones de marketing que ejecutan y el diseño no es un tema menor. De hecho, la codificación gráfica es un elemento definitivo que marca la pauta entre las marcas que logran comunicarse con el consumidor y las que fracasan.