Por Alan Campos
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En muchas ocasiones la honorabilidad del futbol se ha puesto en entredicho. En la actualidad son cada vez más los casos en los que la FIFA sanciona a jugadores, directivos o árbitros por amaño de partidos. Aunque hasta ahora el balompié mexicano se ha logrado mantener alejado de este mal, otros como la multipropiedad han tomado su lugar, preponderando las ganancias económicas por encima del deporte mismo.
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Para seguir con esta gran “tradición” del futbol mexicano TV Azteca corroboró este lunes la compra del Atlas por 50 millones de dólares (más IVA), situación que de inmediato despertó la suspicacia de más de uno tras la victoria de Morelia sobre los tapatíos en la última Final de la Copa MX.
Pero ¿cómo es que la multipropiedad del futbol mexicano se relaciona con la mercadotecnia?, muy sencillo.
Para nadie es un secreto que en México, quizás más que en ningún otro país, el futbol y la televisión caminan de la mano creando el negocio perfecto, tan es así que a mediados de este año se especuló con la posible compra del Guadalajara por parte de Carlos Slim como medida para atraer televidentes en su incursión a la televisión.
Sin embargo el anterior no es el único ejemplo de la importancia que la televisión puede llegar a tener para el balompié nacional. Quizás ustedes recuerden que hace un par de temporadas (cuando el León ganó su ascenso a la Liga MX) TV Azteca tuvo un gran problema con el grupo comandado por Jesús Martínez, dueño de Pachuca y León, debido a que los derechos de transmisión del equipo guanajuatense no fueron cedidos a la televisora del Ajusco, sino que fueron vendidos a FOX Sports causando la ira de TV Azteca, que como medida disciplinaria optó por cortar las tomas durante las transmisiones de los juegos del equipo hidalguense como local, de manera que los patrocinadores de la escuadra salieran a cuadro lo menos posible, situación que obviamente iba encaminada directamente a golpear las finanzas de los Tuzos.
Lo anterior, según lo que me han enseñado y lo que pienso, se llama coaccionar y es ilegal, sin embargo dicho poder le fue conferido a las propias televisoras por los directivos de la Liga, quienes aseguran que según la FIFA la multipropiedad sólo está prohibida cuando ésta pone en riesgo la integridad del juego, pero no indica cómo es que se pone en riesgo esta integridad.
El verdadero riego de no reglamentar la multipropiedad dentro del futbol mexicano consiste en que las televisoras se sienten (y lo son cada vez más) dueñas del deporte mismo, siendo ellas quienes deciden no únicamente horarios de transmisión, sino exposición de los patrocinadores y quizás en un futuro hasta los diseños de las playeras y las transacciones.