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México comenzaría a tener camino libre para las importaciones, sin embargo, las regulaciones sanitarias se verían reducidas.
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Argentina volvería a ser un elemento potencial para generar acuerdos comerciales.
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Estas modificaciones podrían generar descontento entre los implicados en el acuerdo comercial del T-MEC.
Luego de que el Gobierno Federal anunciara el Plan Contra la Inflación (Pacic2.0), muchas pregunta surgen en torno a esta batalla contra la inflación.
Lo que se busca con esta nueva iniciativa de la 4T es reaccionar ante la inminente alza de los precios, aunque esto implicaría hacer uso de una medida extrema, la cual se traduce en la llamada Licencia Única Universal, la que permitiría “saltarse” los trámites y permisos de la Secretaría de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).Además de esto, parece que la Licencia también pretendería pasar por alto el impuesto general de importación.
Y es que en medio de la incertidumbre, lo que preocupa principalmente al sector privado es la entrada desmedida de alimentos importados sin controles sanitarios ni regulatorios.
Este plan, en términos de comercialización, por supuesto que promete de manera intrínseca generar una rapidez en torno a las transacciones comerciales, sin embargo, en el peor de los escenarios, podría representar más riesgos de los que se anticipan.
Batalla contra la inflación; buscaría Pacic2.0 reducirla en 8 por ciento
Según lo dicho por analistas y líderes de opinión, lo que no está contemplando el Pacic2.0 del Presidente Andrés Manuel López Obrador, es que afectaría directamente en el sector agropecuario, que para fines de año prevé exportar 50 mil millones de dólares. Esto sin mencionar la preocupación de los líderes de industria, pues al no existir una regulación sanitaria de productos alimenticios, ni los “engorrosos” trámites por los que deben pasar, el efecto recaería directamente en los consumidores. Asimismo, complicaría el tema de las exportaciones inscritas por medio de acuerdos comerciales pactados previo a esta medida.
Además, de la misma manera en que sucedió con el tema de las energías y la Ley Minera, se cree que estas modificaciones podrían estar violando o cuando menos incumpliendo los tratados comerciales existentes por medio del T-MEC.
Lo que mencionan, además estos líderes de opinión, es que una cosa no soluciona ni contrarresta la otra. Es decir, que ha sido por el trabajo de SENASICA y su constante rechazo a productos provenientes de países como Argentina, Uruguay y Brasil, que México se halla en los primeros puestos mundiales en inocuidad alimenticia, por lo que obviar eso y, pasarlo por alto, podría sí, quizás resolver el problema de los precios, pero generar uno nuevo respecto a enfermedades.
Cabría recordar que en 2001, México rompió lazos comerciales con Argentina en términos de importación de carne, esto por una supuesta ola de enfermedades proveniente de dicho países, haciendo desde entonces a Estados Unidos, Canadá y Nicaragua sus principales proveedores. Asimismo, se señala que una de las razones por las que México ha generado un constante crecimiento en temas de exportación e importación ha sido en parte gracias a este control por parte de las dos dependencias.
No obstante, este no fue el primer intento por detener la inflación, sino que el primero fue conocido como Pacic1.0. Evidentemente, los resultados no fueron favorables y terminaron por sepultar esta iniciativa.
La apuesta de la cuarta transformación, sin embargo, parece reafirmarse con el pasar de los días, y mientras tanto, genera desconfianza entre los usuarios. A través de una encuesta realizada por el Departamento de Investigación de Merca2.0, se planteó a los usuarios la siguiente pregunta: “¿Consideras que el Pacic2.0 del Gobierno Federal podrá contrarrestar los efectos de la inflación?”. En dicha encuesta, un 81 por ciento de los usuarios contestó que no lo lograría, mientras que el 19 restante señaló que sí lo podría contrarrestarlo.
Es claro que la decisión generará desconfianza y por supuesto incertidumbre para todos los sectores involucrados; por lo pronto, habrá que esperar a la resolución del caso.
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