La crisis derivada de la salida de la pandemia, solapada con el conflicto bélico en Ucrania (que, por cierto, cumple este 24 de febrero un año de iniciado) no sólo ha golpeado a las empresas de tecnología.
En otros segmentos de negocio, el impacto también se advierte por el lado de las reducciones de costos y los despidos masivos.
El último ejemplo llega desde Alemania, donde el gigante químico Basf eliminará 2.600 puestos de trabajo. Al mismo tiempo, detendrá su plan de recomprar acciones.
Las causas: caída en ganancias, altos costos en Europa, tasas de interés impagables y la incertidumbre por la guerra en Ucrania que no termina.
Ya en octubre de 2022, Basf había anunciado un plan de reducción de costos en Europa de unos 600 millones de dólares.
La reducción de puestos de trabajo, según Basf, será de unos 2.600 empleados, el 65 por ciento de ellos se emplea en plantas de Alemania.
Basf: un gigante en reconstrucción
Basf es una de las empresas químicas más grandes del mundo. Tiene presencia en casi todos los continentes y su cartera incluye productos para una amplia gama de industrias.
Fabrica desde productos químicos y agrícolas, hasta derivados del petróleo.
En total, tiene más de 75 mil empleados y presencia en México.
El último balance antes de la pandemia reportó ventas por casi 60 mil millones de euros, lo que la convierte en la compañía líder entre las químicas globales.
En particular, su estrategia de expansión de estos años está enfocada en los mercados de la región de Asia Pacífico y América del Norte.
En Asia Pacífico, Basf tiene planes para expandir su producción en China, India, Japón y Corea del Sur.
En América del Norte, busca invertir en nuevas plantas e instalaciones, así como fortalecer su cartera de productos.
Los detalles relacionados con los despidos masivos de este 2023 se conocieron en el reporte financiero publicado este viernes 24 de febrero. En el informe, Basf dijo que sus ganancias caerán a entre 5 mil millones y 5.400 millones de dólares en 2022, un fuerte retroceso respecto de 2021.
En respuesta, las acciones de la empresa bajaron un 1,2 por ciento en las operaciones previas a la comercialización.
Los despidos masivos de Basf evidencian que la recesión no es sólo un anuncio y que las empresas se están preparando para meses duros en materia de sostenimiento de la actividad.
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