Pertenezco al sector de la audiencia al que no le gustó ‘Barbie’. Y me ubico entre los que quieren ver cuanto antes ‘Oppenheimer’. Me parece una excelente propuesta de marketing poner a competir a ambas en audiencia y ganancias. Con independencia de la calidad de cada una de estas películas, ha sido un éxito relevante la forma de presentarlas juntas, siendo tan distintas.

‘Barbie’ será siempre un acierto de marketing. El específico se ha transformado en genérico. Decimos Barbie a quien tiene las mismas características que la muñeca. 

Por otra parte, toda la historia relacionada con la bomba nuclear impacta al mundo. La bomba transformó el mundo, las personas y la guerra. Nadie puede borrar de la retina las imágenes del hongo destructor expansivo y en ascenso. Si no que le pregunten a Pedro Arrupe, ex superior general de los jesuitas, que vio el hecho desde la ventana de su cuarto.

La presentación de las dos películas al mismo tiempo ha logrado el impacto esperado en el mercado. La ficción frente a la realidad; la creatividad frente a la historia, la nostalgia frente al recuerdo. 

Mientras veía la película de ‘Barbie’, una estudiante de Stanford me enseñó una gráfica que indicaba en qué estados de la Unión Americana se veían más ‘Barbie’ u ‘Oppenheimer’ y la correspondencia política que existía con las zonas geográficas. 

A simple vista, presentar las dos películas juntas, asemeja a un cobranding muy bien planeado. Con una diferencia de ingresos, 30% arriba a favor de Barbie en estos momentos, parece difícil cuál de las dos ha impulsado a la otra. El cine ha ganado con la presentación de estas dos películas al mismo tiempo: ‘Barbie’ como película de marca y ‘Oppenheimer’ como cine histórico. 

La industria del cine suele pasar algunos meses de hibernación. En pleno agosto, no suele haber estrenos cinematográficos de alto impacto, pero las propuestas Barbie – Oppenheimer han logrado despertar un ambiente de cine en un mes que no es tradicionalmente de butacas.

¿Qué hubiera pasado si se presentaran por separado? ¿En meses distintos? O ¿En preludios oscarianos? Hacía algún tiempo que la industria cinematográfica no nos sorprendía con un doble golpe tan bien colocado de forma simultánea. La marca de nostalgia y la marca histórica se han dado cita buscando obtener la atención de un público que cada vez tiene más cerca el cine por streaming pero más lejos la experiencia insustituible de la gran pantalla.

La cercanía del cine por internet, no ha desgastado la gran aventura de ir al cine. El cine se transformará pero no desaparecerá. El clímax del cine seguirán siendo las películas de gran calidad y la promoción de sus valores en el mercado.

En general, al street marketing con el anverso de ‘Barbie’ y el reverso de ‘Oppenheimer’ o viceversa ha logrado sus objetivos. Más aún, ha fortalecido audiencias específicas que buscan experiencias diferentes. Quizá también pueda ser una buena consideración para el cobranding presentar lo diferente en una sola mano, como cartas que contienen diferente valor dependiendo de la estrategia con la que se jueguen.

La dualidad de valor en el mercado que han presentado estas dos películas ha cautivado de nuevo a una audiencia cada vez más exigente con todo lo que recibe. Ambas películas son intergeneracionales y han logrado generar conversación en medios, en social media y en todos los grupos sociales.

Ambas producciones, presentadas en el mismo momento, con una estrategia de marketing para generar valor en todos los targets, serán recordadas por los valores que representan y los recuerdos que nos aportan, pero sobre todo por haber aparecido como dos gemelas que han movido espectadores y bolsillos.