La industria de la moda atraviesa un periodo de transformación sin precedentes, impulsada por cambios en los hábitos de consumo, la tecnología y la creciente preocupación por el impacto ambiental. Un ejemplo reciente es Balenciaga que se burla de San Valentín con sudadera llena de lápiz labial y agujeros.
En la actualidad, las marcas enfrentan el desafío de adaptarse a consumidores más exigentes, que demandan no solo calidad y estilo, sino también prácticas éticas y sostenibles.
En la industria de la moda cualquier error puede costar caro. Y es que es un negocio lleno de oportunidades y desafíos debido a su constante reinvención, donde un estudio de la consultora Global Investor llamado “Moda – Más allá de la indumentaria”, publicado por Credit Suisse, detalló que este mercado mundial sumó 1,3 billones de dólares en 2015. Asimismo, el crecimiento es propulsado por las grandes cadenas, de las cuales seis de cada diez son compañías de Estados Unidos.
Existen marcas como Balenciaga, que, en el 2018, reportaba que alcanzó los mil millones de euros en ventas anuales de moda, zapatos y bolsos a medio plazo. En ese sentido, sus ventas se vieron impulsadas por los clientes millennials que adquieren cada una de sus piezas.
La última campaña de Balenciaga
El jueves, la casa de moda española lanzó sus prendas anuales para el Día de San Valentín, pero no todos quedaron enamorados de la ropa, que presenta roturas, dobladillos irregulares y escritura con lápiz labial falso.
Una camiseta hecha jirones de 595 dólares está llena de agujeros, mientras que una sudadera con capucha y cremallera, que se vende por mil 190 dólares, está adornada con dobladillos destrozados y costuras desgastadas.
En el frente de ambas piezas, disponibles en “blanco sucio” o “negro lavado súper descolorido”, se encuentra garabateada la frase “Feliz San Valentín” y un corazón en lo que se supone parece un lápiz labial.
Mientras tanto, en el reverso y escrito con la misma “tipografía manuscrita” hay un poema: “Las rosas son rojas, las violetas son azules, siempre estaré agradecido por ti”.
Según el sitio web de Balenciaga, fue diseñado con la intención de “evocar el gesto sincero de personalizar un regalo para alguien especial”.
Pero los críticos en línea consideraron que las prendas eran estridentes, se burlaron de la supuesta ropa gráfica de “alta costura” y compararon los artículos extremadamente caros con piezas de Zara o Shein.
Fueron tildados de “basura”, “aburridos” y “mediocres”, y un usuario de Instagram llegó a llamar a la gente “loca” por “pensar que esto es ropa de moda de lujo”.
“Impongan impuestos a cualquiera que pueda pagar esto”, reprendió una persona.
“Dándoles Shein”, criticó otro. “Algunas de estas marcas nos han estado troleando. Lo juro”, intervino otro usuario.
“H&M hace mejores prendas que esta”, criticó alguien más. “Fuego, pero no voy a gastar más de 500 dólares en una camiseta”, dijo un consumidor.
La casa de moda ha sido objeto de escrutinio constante por parte de los fanáticos de la moda debido a su ropa a menudo extravagante que no satisface los gustos de todos, desde los zapatos “Barefoot Zero” hasta las faldas virales que fueron comparadas con toallas.
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