-
Narra la historia de cómo una cita con un desconocido le cambió la vida y la llevó a una donación de riñón.
-
Conmueve a usuarios de redes sociales su acción humanitaria.
-
Aplicación de citas le consiguió a un nuevo mejor amigo.
Una mujer se viralizó en redes sociales luego de contar cómo salir con un desconocido por despecho la llevó a ser parte de una donación de riñón, la mejor acción de su vida. Los internautas aplaudieron la nueva amistad pactada con el hombre que conoció a través de una aplicación de citas.
Liz Armstrong contó a The Huffington Post que, tras darse cuenta de que su novio buscaba relaciones sexuales en una aplicación de citas, decidió crear su propia cuenta, terminar con él y buscar una nueva pareja con la cual desquitar su duelo.
“Decidí editar mi perfil y actuar como si estuviera en cualquier otra aplicación para ligar. Puse que me gustaba la música y el teatro, que era una lectora voraz y que quería encontrar a alguien inteligente y agradable”, expresó.
Sin embargo, al poco tiempo un perfil llamó su atención y comenzó a interactuar con el usuario.
“Aquí un ingeniero aeroespacial. Me encantan las sinfonías clásicas. Leo el periódico todas las mañanas y mi cerebro está tan bien dotado como otras partes de mi cuerpo”.
Aunque ya tenía incluso la cita pactada para verse en un hotel, fue otro internauta el que la salvó de hacer algo por despecho de lo que después podría arrepentirse, pues no estaba segura.
“Justo después de organizar todo… me escribió un hombre con un montón de preguntas sobre mí. Después de un par de frases del estilo: ‘Tu belleza palidece en comparación con tu intelecto’, me empezó a preguntar sobre mis géneros literarios y autores favoritos”.
“Este nuevo candidato era un profesor de latín y el primer educado que no me exponía su currículum ni su vida y milagros como credenciales”, contó.
La amistad empezó a crecer antes del deseo sexual o las ganas de iniciar cualquier tipo de relación amorosa, de hecho, Liz Armstrong destacó en su historia cómo sus intereses intelectuales los unieron en tan poco tiempo de forma muy singular.
“Los primeros desnudos que vimos en nuestra relación fueron unas esculturas romanas en una galería de arte. Paul hacía de cita y de guía al mismo tiempo y me entretenía con las historias que había tras los personajes mitológicos de las obras de arte en exposición, no presumía ni se vanagloriaba de sí mismo, como los otros hombres que me habían escrito, contó sobre una cena en la que los dos internautas se vieron.
La donación del riñón
Luego de entenderse muy bien y seguir la conversación tras la cita, Paul le confesó a la joven que estaba enfermo de una afección hereditaria en los riñones y que su padre ya le había donado un órgano para que siguiera viviendo.
Sin embargo, aunque eso no tuvo nada que ver, ambos se encontraban en momentos complicados de su vida emocionalmente y decidieron marcar esa aventura como exitosa y convertirse en dos buenos amigos por internet.
Pero la vida los volvería a reunir y en menos tiempo de lo que hubieran esperado…
Liz cuenta que meses después un inquietante correo le había llegado de Paul, el cual decía:
“La mayoría ustedes saben que mi riñón transplantado lleva un tiempo perdiendo fuerza. Mis médicos piensan que dentro de un año necesitaré otro transplante o hacer diálisis. Yo preferiría evitar la diálisis. Pueden surgir complicaciones y aunque vaya bien, es una muy mala experiencia. Un riñón donado por una persona viva funciona mejor que un riñón de un cadáver, por eso mis médicos me han pedido que encuentre un donante”.
“Archivé el correo y crucé los dedos para que apareciera alguien del grupo sanguíneo 0 dispuesto a donar un riñón”, dijo la mujer, quien se había enlistado al Ejército y no podía hacer nada por el momento más que desearle lo mejor en la vida y esperar que un milagro pasara.
Pasó un año y se volvieron a ver, Armstrong se sorprendió de lo mal en salud que lo encontró, pues Paul ya había empezado la diálisis y estaba más pálido y lento.
“Llegué a casa y le envié un correo al coordinador de trasplantes de Paul: No estoy segura si debería inscribirme en la lista de potenciales donantes porque estoy en el Ejército'”, dijo pidiendo que no le crearan falsas esperanzas a su amigo.
Luego de someterse a muchos exámenes médicos y llenar formularios protocolarios, Liz Armstrong se enteró de que era una candidata posible y logró donarle un riñón a su nuevo amigo.
“Cuando Paul y yo nos volvimos a ver en el hospital después de la operación, sentí un alivio que no puedo describir con palabras. Me dijeron que tendría que estar orgullosa de mí pero no, estoy agradecida, le di más tiempo de vivir a un buen hombre que ahora está más sano y no tiene que pasar por diálisis. Mi riñón está prestándole un buen servicio”, concluyó.
Tras darse a conocer la historia, usuarios de redes sociales se sintieron conmovidos y agradecieron su acción humanitaria, tachando esta como “la mejor cita de la historia”, diferente a todas las conocidas por una red social, pero igual con un final feliz
Ahora lee:
CEO se viraliza como “la mejor jefa del mundo” por esta acción
Niña enseña a su abuela a usar televisión y usuarios de Twitter viralizan su peculiar mensaje
CM de El Financiero exhibe atraso en pagos y denuncia se viraliza