Dentro de nuestra profesión como comunicadores y mercadólogos siempre ha estado la importante función de la comunicación interna en las empresas donde hemos colaborado.
Quién no recuerda este viejo refrán que significaba crear un tipo de reputación y pasará mucho tiempo para que la gente tenga otra imagen o idea de quién eres y que representas.
Cada vez más la sociedad está demandando a las empresas y marcas acciones de sustentabilidad y responsabilidad social porque, más allá de ofrecer un buen producto o servicio, tienen el compromiso de regresar algo de lo mucho que las comunidades y el planeta les brinda.
Antes de la pandemia Covid-19 escuchábamos el término híbrido de vez en cuando, desde los automóviles que operan con diferentes fuentes de energía (eléctricos y a gasolina) o las combinaciones de razas en los animales.
En los últimos años las empresas han tenido que adoptar una transformación digital, entre otras razones para conocer más a fondo las expectativas del consumidor.
Hace unos días hemos sido testigos de un suceso que llama mucho la atención para nosotros los comunicadores, la deportación de Novak Djokovic desde Australia e impedirle jugar unos de los 4 majors más importantes en el tenis mundial.
Hace un par de semanas, el 9 de enero para ser precisos, se cumplieron 15 años de la presentación al mercado del iPhone, ¿quién no recuerda la revolución que causó el lanzamiento de este aparato de comunicación que nos cambiaría la vida para comunicarnos?
Desde hace más de una década empezamos a escuchar el término “bienestar” desde una perspectiva de salud física y salud mental.
Cada vez más escuchamos sobre temas de sustentabilidad y responsabilidad social, o lo que ahora se ha resumido en tres letras “ESG” (por sus siglas en inglés Environmental, Social & Governance).
Recientemente leí un artículo de la firma de búsqueda de talentos Russell Reynolds el cual me pareció muy interesante.
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