Las últimas cifras de ManpowerGroup revelan que las oportunidades de empleo crecieron 14 por ciento durante los últimos meses de 2019 y que las empresas habrían ofrecido alrededor de 350 mil plazas formales.
A estas cifras prometedoras se suma que la tasa de desocupación en el país se mantuvo relativamente baja, en un promedio de 3.5 por ciento. Sin embargo, el empleo en condiciones salariales precarias se disparó a casi una quinta parte de la población ocupada, según cifras del Inegi.
Es decir, la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO) escaló durante el año pasado a un nivel histórico de 18.9 por ciento en promedio durante los últimos 12 meses, desde 15.5 por ciento registrado durante 2018.
La TCCO es la proporción de la población ocupada (tanto en el sector formal como en el informal) que se encuentra trabajando menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, que trabajan más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo, o que labora más de 48 horas semanales ganando menos de dos salarios mínimos.
Lo que se traduce en que cada vez hay más trabajadores con ocupaciones en condiciones precarias y como nunca antes, pues si se compara con la crisis del 2009, no se había registrado un nivel tan malo, pues en aquel año promedió 12.6 por ciento.
Alrededor de 10.4 millones de personas en promedio durante 2019 laboraron en condiciones críticas, unas 2.1 millones más que en 2018, cuando sumaron 8.3 millones. Un aumento significativo de la TCCO se dio desde 2018, cuando se elevó a 15.5 por ciento desde 13.8 por ciento del año previo.
Más allá de los movimientos económicos, el más afectado, el empleado, debe tener en cuenta que:
Algunos empleadores aún no logran trascender ante las nuevas tecnologías. Consideran que si el trabajo es digital, no debe tener tanto esfuerzo detrás y pagan muy poco por ello. En este punto salen afectados principalmente los creativos de digital o los community managers, de quienes se piensa que se les paga por “estar en redes sociales”. Los profesionistas deben lidiar con esto y pueden hacer notar sus capacidades adaptadas al contexto actual.
Desde los filtros saben cuando un profesionista está urgido de cualquier cosa y los empleadores se aprovechan. Es fácil notar cuando los requisitos de trabajo son ambiguos entonces la seriedad de una empresa se debe poner en duda, el trabajador está obligado a valorar su labor y no aceptar estos abusos.
Cumplir con objetivos imposibles. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 43 por ciento de los mexicanos padece estrés laboral. Se trata de la nación que trabaja más tiempo (no necesariamente de forma productiva) y al menos el 35 por ciento de los mexicanos se consideran adictos al trabajo y esta condición se agudiza por el uso de tecnologías como dispositivos móviles, correo electrónico y redes sociales.
Esta condición tampoco debe favorecerse, el trabajador debe establecer límites y realizar lo mejor que puede su labor pero no dañar su salud en el intento.