A pesar de los avances tecnológicos y el acceso a la medicina, las estadísticas de la Secretaría de Salud (SSa) reflejan esta realidad preocupante. Entre 2016 y 2021, 5,099 mujeres murieron en nuestro país debido a problemas vinculados con la atención obstétrica. Esto equivale a aproximadamente 850 muertes al año, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).
En conferencia de prensa, la doctora Irma Viridiana Cruz, jefa del Departamento Clínico Materno Fetal del hospital de Gineco Obstetricia No. 4 “Luis Castelazo Ayala” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), recalcó que para el sistema de salud, la muerte materna es una tragedia. Sin embargo, advirtió que es un tema poco discutido en la sociedad, lo cual destaca la importancia de abordarlo.
La especialista gineco obstetra identificó a la obesidad, la diabetes, la hipertensión y el tabaquismo como los principales factores de riesgo en mujeres embarazadas, aunque, claro, no son los únicos.
De igual manera, destacó la necesidad de que las mujeres estén conscientes de estos riesgos antes y durante el embarazo, ya que esto puede impactar significativamente en la salud de la madre y del bebé.
Y es que durante el embarazo, el cuerpo experimenta numerosos cambios anatómicos y fisiológicos, como explicó la doctora Cruz. Estos cambios hormonales afectan la función de los órganos y pueden dar lugar a complicaciones graves si no se controlan adecuadamente. La formación de la placenta es crucial en este proceso, y su desarrollo incorrecto puede desencadenar condiciones peligrosas, como la preeclampsia y la eclâmpsia.
En una conferencia con motivo del “Día Internacional de la Mujer”, bajo el lema “Ninguna mujer debería morir al dar vida”, se hizo hincapié en la importancia de la prevención desde la primera consulta prenatal.
Al respecto, la doctora Brenda Dzul García, coordinadora de Medicina Materno Fetal de la Clínica de Atención Integral para la Mujer “Romero Rubio” de la Secretaría de Salud (SSa), destacó que el control prenatal adecuado puede reducir significativamente los riesgos para la madre y el bebé.
En este sentido, remarcó, la atención médica oportuna y el acceso a medicamentos son fundamentales en la lucha contra la mortalidad materna. “Medicamentos como el ácido tranexámico y el labetalol pueden ayudar a prevenir y tratar complicaciones como la hemorragia y la hipertensión durante el embarazo”.
Por su parte, Scarlett Celis, gerente de Marketing de la farmacéutica guatemalteca Agefinsa, resaltó el compromiso de la empresa con la salud materna. Y es que dicho laboratorio ha trabajado para garantizar que sus medicamentos estén disponibles en el sector salud y ahora busca concienciar a la sociedad sobre los riesgos del embarazo, con el objetivo de contribuir a una planificación más informada y segura de la maternidad.
¿Qué tanto cuida usted sus riñones?
Hoy, nos encontramos frente a una realidad preocupante: las enfermedades renales están tomando un lugar prominente en la lista de problemas de salud a nivel mundial. En México, aproximadamente 45 mil personas son diagnosticadas cada año con alguna condición renal, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta cifra es alarmante, considerando que alrededor del 12% de la población mexicana, casi 13 millones de personas, sufren algún grado de Enfermedad Renal Crónica (ERC).
Al respecto, la doctora Nadia Saavedra Fuentes, gerente médica del área renal en Laboratorios Columbia, enfatiza que enfrentar esta enfermedad suele ser muy costoso. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el tratamiento dialítico tiene un costo promedio de 223 mil pesos al año, sin incluir otros gastos, como consultas médicas y medicamentos adicionales. Es claro que el impacto económico de la ERC va más allá de lo que podemos percibir inicialmente.
En el marco del “Día Mundial del Riñón”, que se celebra el 14 de marzo, es crucial reflexionar sobre este desafío creciente. A nivel mundial, se estima que al menos 850 millones de personas están afectadas por alguna etapa de enfermedad renal. La detección temprana es fundamental, ya que la ERC es una enfermedad progresiva y silenciosa, que puede desencadenar complicaciones graves si no se aborda a tiempo.
Lamentablemente, en México nos enfrentamos a un problema adicional: el diagnóstico tardío. Según la doctora Saavedra, esta situación dificulta enormemente la atención adecuada de la enfermedad. La ERC puede pasar desapercibida durante años, lo que resulta en consecuencias graves para la salud renal. Es por ello que un diagnóstico precoz se convierte en una herramienta vital en la lucha contra esta enfermedad.
A su vez, Karla del Castillo Loreto, nutricionista y asesora médica en Laboratorios Columbia, resaltó dos desafíos importantes en el cuidado de pacientes con ERC.
Además, la falta de especialistas en enfermedades renales en México representa un obstáculo significativo. Con solo 1,300 nefrólogos en todo el país (lo que nos arroja la cifra de un nefrólogo por cada 100 mil habitantes), la proporción es considerablemente menor que la de otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esta escasez de expertos subraya la importancia de los médicos generales en la detección y tratamiento temprano de la ERC.
En suma, es imperativo que tomemos medidas para garantizar un diagnóstico y tratamiento oportunos para las enfermedades renales. A pesar del crecimiento de estos padecimientos, persisten casos de falta de interés en buscar atención médica, exacerbados por la falta de recursos para el seguimiento adecuado del tratamiento. Es hora de priorizar la salud renal y trabajar juntos para abordar este desafío en México.
El botiquín