Tradicionalmente, cuando se habla sobre Asuntos Corporativos (AC) se refieren a la gestión de las interacciones de una empresa con sus principales entes de interés, incluidos los organismos reguladores, los accionistas, los empleados y el público. Abarca una amplia gama de responsabilidades, como garantizar el cumplimiento normativo, supervisar la gobernanza corporativa, gestionar las relaciones públicas y las iniciativas de responsabilidad social.
El objetivo principal de AC o Public Affairs, como se conoce en el Ômbito internacional de la comunicación, es mantener una reputación corporativa positiva, mitigar los riesgos y garantizar que la empresa opere de manera ética y en consonancia con las expectativas legales y sociales.
Sin embargo, un nuevo informe examina cómo estÔn evolucionando las estrategias, estructuras y capacidades centrales de la función de AC a medida que las empresas se esfuerzan por crecer en medio de la disrupción y la incertidumbre y descubre, una nueva orientación de esta prÔctica.
En un informe denominado āCómo afrontar la volatilidad y ofrecer valorā, publicado por Deloitte describe cómo el papel de AC dentro de las grandes organizaciones estĆ” pasando de ser parte de la gestión de la reputación para posicionarse tambiĆ©n como un motor de crecimiento.
El estudio investiga el papel de la función desde la perspectiva de los lĆderes de comunicaciones corporativas y la alta dirección. Se trata de Ć”reas poco investigadas de la prĆ”ctica de la gestión y las relaciones pĆŗblicas.
Deloitte describe al departamento AC de alto rendimiento como el “sistema nervioso central” de una organización, que recopila información, envĆa seƱales y alerta a la gerencia sobre riesgos y oportunidades.
Hoy en dĆa, los equipos de AC enfrentan a un aumento sin precedentes del volumen y la complejidad de los riesgos. La geopolĆtica, la incertidumbre regulatoria y los riesgos reputacionales son las principales preocupaciones. Esto incluye desafĆos como los conflictos internacionales, las tensiones comerciales y la inestabilidad polĆtica.
Por otro lado, las estrategias de comunicación ASG estĆ”n cambiando, centrĆ”ndose menos en mensajes generales y mĆ”s en temas especĆficos y crĆticos para el negocio. Si bien los factores ASG siguen siendo importantes, existe un enfoque mĆ”s cauteloso en las comunicaciones. Esta variación se debe en parte al cambio de sentimiento pĆŗblico, pero tambiĆ©n a la necesidad de alinear mĆ”s estrechamente los esfuerzos ASG con el desempeƱo empresarial.
Los lĆderes de AC trabajan ahora mĆ”s de cerca con los directores ejecutivos y consejeros, desempeƱando un papel estratĆ©gico mĆ”s importante en la toma de decisiones y el liderazgo empresarial. Ello se refleja en los resultados del estudio, que muestra un alto nivel de comprensión (82 por ciento) y valoración (95 por ciento) de los AC por parte de los CEO.
El 73 por ciento de los directores de AC ahora forman parte del ComitĆ© Ejecutivo, siete por ciento mĆ”s que en el estudio anterior de 2022, lo que permite a los lĆderes de comunicaciones contribuir a la toma de decisiones de alto nivel, garantizando que la reputación y las preocupaciones de las partes interesadas se consideren en la planeación estratĆ©gica.
Los riesgos y oportunidades que presenta un mundo externo cambiante plantean nuevas preguntas para la función de AC moderna, ya que se le pide enfrentar los riesgos, mantener la confianza y proteger la licencia de una organización para operar y crecer.
Son riesgos y oportunidades que presentan desafĆos significativos para la función moderna de AC. En un entorno de constante transformación, marcado por la evolución de las regulaciones, las expectativas sociales y el comportamiento de los mercados, se pide a esta función que desempeƱe un rol crĆtico en la gestión del riesgo y la preservación de la confianza.
Entendemos asĆ, que la función de AC no solo debe mitigar los riesgos reputacionales, regulatorios o financieros, sino tambiĆ©n identificar oportunidades para fortalecer la posición de la empresa para mejorar la percepción pĆŗblica y asegurar que la empresa mantenga su licencia social para operar en un terreno favorable. Esto implica gestionar de manera proactiva las interacciones con los grupos de interĆ©s, mientras se protege y fomenta el crecimiento sostenible de la organización.