Estamos en plenas campañas políticas locales para varios estados de la República Mexicana y como todos los años vemos a los candidatos usando las redes sociales de manera constante para hacer presencia “masiva”. Y buena parte de ellos están usando el “astroturfing”.
“El astroturfing es un término referido a campañas en el ámbito de la propaganda electoral y los anuncios comerciales que pretenden dar una impresión de espontaneidad, como nacida de una fuerte relación con el entorno social”, en otras palabras, es una técnica de marketing que consiste en crear “artificialmente” una opinión o tendencia masiva haciendo creer que ha sido generada de manera espontánea.
Esta famosa técnica pretende utilizar uno de los métodos de persuasión más efectivos y comunes que existen, el “social proof”. Si muchas personas opinan que ese es el candidato bueno, entonces los demás se decantan en opinar lo mismo y hasta allí todo suena maravilloso para la posibilidad de ganar votos. Desde mi opinión usar el astroturfing es algo totalmente aceptable (yo lo uso) en las estrategias digitales dentro del marketing político.
Pones la semilla (propaganda/mensaje/etc), la riegas dándole un empujoncito para que empiece a tener presencia en todos lados (influencer/cyberactivistas/etc) y entonces monitoreas como va creciendo y va jalando adeptos reales que a su vez hacen el mismo trabajo de promocionarla.
El gran PERO de esta estrategia en el marketing político actual es que claramente se nota que se trata de algo artificial que simula la apariencia de lo natural. A decir verdad, muchas veces ni siquiera simula esa apariencia natural. ¿Y esto por qué? Es muy simple, porque los “estrategas digitales” de muchos de los candidatos usan un factor de difusión tan burdo como son los bots.
La clave de utilizar de manera adecuada esta técnica es buscar estratégicamente manipular o crear una tendencia social, manejar la opinión pública o el apoyo masivo a una idea. Es decir “haciendo estrategia” con la creación y/o participación de influenciadores reales o cyberactivistas que estén presentes en el ambiente digital constantemente, desde mucho antes de la votación e incluso después de la misma, aspecto que aún no terminan de entender y de asumir varios de los candidatos.
Y estoy consciente que las palabras manipular, manejar, etc suenan muy fuertes y hasta negativas pero en realidad, visto desde el ángulo de la neurociencia o desde la práctica de la inteligencia emocional ¿no es eso lo que hacemos todos los días? En nuestras profesiones, con nosotros mismos y hasta en nuestras relaciones personales.
El astroturfing por eso ha sido criticado tachándolo de deshonesto, y yo me pregunto a manera de reflexión… no podría clasificarse así también por ejemplo, cuando le pago a un influencer sólo para que mencione mi marca o producto? Finalmente lo hace por una cantidad de dinero y no por convicción …
Técnicas y estrategias de persuasión en marketing tenemos muchas y el objetivo principalmente es el mismo: cambiar o crear “percepciones” para beneficio de la marca, producto, candidato, gobierno, profesional…
Gracias por leerme. Me encantaría saber tu opinión.
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