Internacional.- El término ‘astroturfing’ tiene un curioso origen. Su nombre viene de AstroTurf, una marca de césped artificial, un producto que, en ocasiones, podría pasar perfectamente por uno natural. Esta es, precisamente, la idea sobre la que se fundamenta este concepto de extraña denominación: disfrazar una mentira de verdad.
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La agencia de diseño Zorraquino sostiene que ‘astroturfing’ es “una práctica poco ética del marketing boca-a-oreja consistente en generar de manera orquestada contenidos comerciales en medios sociales con apariencia de espontaneidad”. La firma explica que “el usuario se expone a los mensajes desconociendo su naturaleza interesada, y el responsable consigue así asociar determinados conceptos positivos a su marca, mejorando su reputación online”. Se trata, en opinión de la agencia, de un “tipo de engaño” puesto en marcha por pocos usuarios coordinados “para dar la impresión de tratarse de una multitud y generar así un cierto buzz artificial”.
En su blog, la agencia de medios Zenith Media expone que el ‘astroturfing’ es una técnica orientada a “distorsionar y manipular la opinión pública”. “A través de este controvertido método, se crea popularidad y masividad ficticias, para que otras personas estén más proclives a aceptar la idea, marca o producto que se desea promover”. Como ejemplo, la agencia cita la relación “artificial” de blogueros y marcas, pues es común que los primeros reciban una retribución económica por promocionar un producto, mientras que el receptor cree que es un consejo real del bloguero.
Una tercera definición la proporciona Juan Quaglia, consultor en marketing digital y emprendedor online, en un artículo de El Huffington Post. El profesional indica que “esta acción online que tiene por objeto manipular una tendencia social, la opinión pública o el apoyo masivo a una idea o producto” puede encontrarse de innumerables formas como “la compra de comentaristas online en foros y blogs, la creación masiva de cuentas falsas en redes sociales, la invención o distorsión de noticias en blogs y medios periodísticos, la edición tendenciosa de la información en Wikipedia o la falsificación del tráfico web y del posicionamiento en buscadores, entre otras”.