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Las vacunas en las que trabaja Eli Lilly están basadas en anticuerpos que combaten la infección de COVID-19 en el cuerpo
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Estos microorganismos ayudan a reducir significativamente los síntomas que experimentan las personas una vez que se enferman
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Ninguno de los fármacos para inmunización asegura que el público no se enferme, pero sí pretenden reducir sustancialmente el efecto del virus
Las vacunas para inmunizar contra la COVID-19 no están teniendo buenos resultados. Ahora otra fórmula, esta vez la de Eli Lilly, acaba de detener sus pruebas en humanos luego que se presentaran efectos secundarios adversos en uno de los participantes. Así lo reporta Reuters, que señala que la farmacéutica paró los ensayos clínicos por “abundancia de precaución”. No es seguro qué es lo que provocó esta decisión en un proceso que genera tanta expectativa.
Molly McCully, una vocera de Eli Lilly, informó a Reuters sobre la pausa en los ensayos clínicos para las vacunas. De acuerdo con la marca, la decisión fue tomada luego que se le hiciera una recomendación de una junta de monitoreo de datos clínicos independiente. Sin embargo, no se especificó exactamente qué fenómeno podría haber provocado esta sugerencia. Si se toma el ejemplo de casos anteriores, posiblemente se trate de síntomas inesperados en un paciente.
El anuncio llega solo un día después que Johnson & Johnson (J&J), que también trabaja en su propio fármaco anti-COVID, también suspendiera las pruebas. De acuerdo con The Guardian, uno de los participantes desarrolló una “enfermedad desconocida”. No es claro que sea algo que se produjo a raíz de las vacunas que se inyectaron. Sin embargo, la compañía está dando seguimiento al caso para hallar exactamente la raíz de sus síntomas y descartar un problema.
Ya son tres grandes vacunas las que fueron detenidas por efectos adversos
Con Eli Lilly y J&J, ya se cuentan tres grandes laboratorios internacionales que han tenido que suspender las pruebas de vacunas anti-COVID. Antes que estos dos gigantes, AstraZeneca se vio obligado a inicios de septiembre a poner pausa a la distribución de su fármaco. Esto, luego que al menos dos personas desarrollaron algunos síntomas neurológicos importantes. Si bien en la mayoría del mundo siguen los ensayos clínicos, está parado en Estados Unidos (EEUU).
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Vale la pena poner en perspectiva este fenómeno. La fase tres de pruebas clínicas es la que se realiza para determinar si vacunas o tratamientos generan efectos adversos y si pueden dar los resultados adecuados de forma consistente. De acuerdo con el ACSH, solo cuatro de cada 10 tratamientos que llegan a esta etapa, en general, consiguen ser aprobados. Esto quiere decir que cerca de la mitad de los fármacos que se crean en el mundo no pueden llegar al mercado.
Así pues, es natural que algunas de las fórmulas que están creándose en el planeta no vayan a ser efectivas. Cierto, parece preocupante que grandes laboratorios como Eli Lilly, AstraZeneca y J&J estén fallando, en especial cuando sus vacunas parecían tan prometedoras. Pero hay que recordar que, en cifras citadas por López Dóriga, hay casi 200 fórmulas candidatas que se están analizando en todo el mundo. Así que tres no estén yendo bien no es una gran pérdida.
Presión en las farmacéuticas
Considerando la importancia que se le han dado a las vacunas anti-COVID para acabar con la pandemia de COVID-19, no es sorprendente que este tipo de noticias generen tanto ruido. En la mañana, el Gobierno de México se ganó el favor de una buena parte de la población cuando anunció que había acordado la adquisición de millones de dosis. Si bien no se terminaría esta entrega hasta 2021, serían suficientes para inmunizar a la población completa contra el virus.
Por otro lado, la tensión que existe alrededor del tema de las vacunas también ha resultado en favor de compañías que deberían ayudar en su distribución. Por ejemplo, marcas al estilo de FedEx están esperando obtener ingresos significativos una vez que se comiencen a repartir los fármacos en todo el mundo. Esto, porque toda su cadena de logística tendría que ser usada para asegurar que el público pueda recibir a tiempo y en forma una dosis de estos fármacos.