A la luz del escepticismo general sobre las vacunas COVID-19, en parte debido a un acelerado e inĂ©dito proceso de desarrollo que se percibe como “apresurado”, es evidente que las tareas de comunicaciĂłn cuidadosas y deliberadas sean indispensables para infundir confianza.
La velocidad con la que hoy viajan las noticias, no permite siquiera un parpadeo. Las marcas deben de estar más que alertas con sus sistemas de monitoreo y social listening, a fin de reaccionar de manera oportuna ante incidentes que pueden impactar en su desempeño y en su reputación.
El caso de las vacunas es aún más sensible y delicado. Ha sido tan ansiada la aparición de un remedio en contra del Covid-19, que tienen la atención permanente de la opinión pública global.
Desde un inicio, las vacunas han sorteado todo tipo de tormentas, alimentadas por la ansiedad, la incertidumbre, la especulaciĂłn, la frenĂ©tica carrera por ser el primero, el miedo, la competencia, la polĂtica y el oportunismo.
Pero tambiĂ©n es cierto que el tema ha provocado controversias de origen, motivadas por problemas de suministro, su idoneidad para las personas mayores y su eficacia. En el caso concreto el de AstraZeneca, por si esto fuera poco, la administraciĂłn de la vacuna se ha detenido en varios paĂses de Europa despuĂ©s de una pequeña cantidad de eventos graves de coagulaciĂłn de la sangre.
Las Organizaciones Mundiales de la Salud, AstraZeneca y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido, no encuentran evidencias de que la vacuna sea la causa de los coágulos. Toda indica que ha sido una fatal coincidencia.
La ironĂa es que las crĂticas y dudas en torno a esa vacuna, son en su mayorĂa injustificadas. La primera acusaciĂłn que se hizo el año pasado, fue que era menos eficaz que otras. No ayudĂł que, debido a un error cometido durante la prueba de AstraZeneca, a los voluntarios se les suministrĂł solo media dosis, lo que arrojĂł un conjunto de resultados que al inicio fueron confusos.
Los diferentes ensayos para diferentes vacunas se realizan de diferentes maneras y no es justo compararlos directamente. En cualquier caso, AstraZeneca ha demostrado una eficacia alta en ensayos del mundo real.
Los expertos coinciden en que las decisiones de suspender la vacuna parecen incorrectas. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el principal regulador de la UE, publicĂł un informe especial sobre la vacuna AstraZeneca/Oxford con el objetivo de evitar el escepticismo en torno a estas. En su “clara conclusiĂłn”, el organismo destacĂł que, tras una investigaciĂłn de 30 casos de trastornos sanguĂneos inusuales, encontrĂł que los “beneficios de la vacuna para proteger a las personas de la muerte u hospitalizaciĂłn relacionada con el coronavirus superan los posibles riesgos“. Sin embargo, dijo que no se podĂa descartar definitivamente un vĂnculo entre los coágulos de sangre en el cerebro y la inyecciĂłn.
La realidad es que el pinchazo de AstraZeneca está atrapado en una espiral de reputaciĂłn. DespuĂ©s de sufrir retrasos, y como parte de un elaborado juego de culpas, la vacuna fue juzgada inapropiada para personas mayores de 65 años en Francia y Alemania, por funcionarios pĂşblicos. Los polĂticos de esos paĂses están inquietos por el riesgo de una repercusiĂłn negativa en la reputaciĂłn: la percepciĂłn negativa de la vacuna podrĂa contagiarlos.
La preocupaciĂłn por los coágulos de sangre y la menor efectividad no son el Ăşnico problema al que se enfrenta AstraZeneca. TambiĂ©n existe la controversia en curso sobre “cuestiones de fabricaciĂłn“, lo que significa que la empresa sĂłlo podrá entregar alrededor de 100 millones de dosis a la UE en la primera mitad del año, alrededor de un tercio de la cantidad prevista originalmente.
Sin embargo, incluso si estos paĂses finalmente cambien de opiniĂłn, el daño a la reputaciĂłn de la vacuna AstraZeneca podrĂa ser “masivo y posiblemente duradero“. A pesar de su “eficacia impresionantemente alta en ensayos del mundo real”, los comentarios despectivos de muchos polĂticos europeos, asĂ como la percepciĂłn de que es menos eficaz en pacientes mayores, significan que se enfrenta a un alto grado de “resistencia de los consumidores”.
El resultado ha sido una crisis de confianza. Eso se traduce en una ralentizaciĂłn del lanzamiento de vacunas en Europa; Incluso si los paĂses reanudan de inmediato la vacunaciĂłn con AstraZeneca, es probable que aumenten aĂşn más las dudas sobre las vacunas en su conjunto.
Si confiamos en la ciencia, y deberĂamos, los desarrollos de AstraZeneca son solo una combinaciĂłn de mala suerte, errores tempranos, una poblaciĂłn fatigada al borde de la paranoia, las redes sociales y la desinformaciĂłn sobre las vacunas en general. No se descarte el “efecto Brexit” en este enjambre de desventuras, donde el tema polĂtico entre algunos paĂses de la UE y el Reino Unido, está presente.
En otras palabras, AstraZeneca se enfrenta a un desafĂo enorme, en medio de una pandemia que ha entrelazado la polĂtica y la ciencia como nunca antes en este siglo. Costará mucho trabajo y tiempo a la farmacĂ©utica superar esta crisis; será una cirugĂa reputacional mayor, de la que el paciente seguramente saldrá con vida, pero el quirĂłfano siempre deja cicatrices, algunas menores e imperceptibles, y otras muy visibles, que quizá requerirán de una atenciĂłn permanente.Â