Internacional.- Si bien es cierto que la popularidad es la característica más atractiva con la que cuentan los deportistas para ser considerados por las marcas para convertirse en sus embajadores de marca, también es cierto que los atletas de alto rendimiento cuentan con otras cualidades atractivas como la aspiracionalidad que éstos son capaces de provocar y que es utilizada por muchas marcas de lujo.
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Prueba de lo anterior es el singular acuerdo de patrocinio que la firma automotriz KIA ha alcanzado con el basquetbolista LeBron James para promover su modelo K900, el más lujoso de la marca coreana, pero cuyas ventas únicamente representan el 0.2 por ciento de las ventas totales de la compañía en Estados Unidos, situación que buscan cambiar con la ayuda de King James.
Lo sorprendente del acuerdo entre James y KIA es que, contrario a lo que ocurre con la mayoría de las marcas y sus embajadores, la marca automotriz no obligará al basquetbolista a manejar los autos de la firma de forma exclusiva, salvo para llegar a la arena de juego.
Sin embargo, todo parece indicar que al contrario de otros casos en los que los deportistas no lucen cómodos anunciando los productos de sus patrocinadores, LeBron se encuentra bastante cómodo con el K900, pues incluso convenció a otro de sus sponsors (McDonalds) de utilizarlo en el rodaje de uno de sus comerciales, además de algunos tweets donde alaba las características del coche en cuestión.
Ahora sólo resta esperar y ver si la estrategia de KIA surte efecto y logra establecer a su modelo de lujo como uno de los favoritos de los consumidores en una categoría ampliamente dominada por otras marcas con mayor historia dentro del sector de autos de lujo.