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La Ciudad de México se vistió de color y fiesta con la Celebración de Muertos.
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El Desfile es uno de los puntos principales en la inauguración de la fiesta.
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Los símbolos y el color forman una parte esencial de esta celebración.
Por tercer año consecutivo, la Ciudad de México se ha vestido de historia, cultura, color y tradición con la celebración de Muertos 2018.
La fiesta, que inició el 27 de octubre y terminará el 4 de noviembre, tomó como tema central la migración y es una de las fechas más importantes dentro del calendario de tradiciones en México, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2003 e instaurada en la CDMX por decreto en 2016.
Durante la tarde de este sábado se llevó a cabo el magno Desfile, que partió de la Estela de Luz a la Plaza de la Constitución, y la Gran Ofrenda del Zócalo capitalino, una interpretación contemporánea del artista Humberto Spíndola y la antropóloga Gisela Mendoza Jiménez.
Bajo la temática de los grupos de migrantes (nacionales y extranjeros) llegados a la capital del país a través del tiempo para enriquecerla y convertirla en una verdadera ciudad Refugio.
Con el desfile convocado por la Secretaría de Cultura capitalina y la Secretaría de Turismo Federal —en el que participaron productoras escénicas, mil 200 voluntarios y 100 voluntarios de Catrina Fest—.
Con el #DesfileDeDíaDeMuertos se reafirma que la tradición se mezcla con la cultura popular y que ya pertenece a las familias mexicanas. pic.twitter.com/C0ZaUqHU7t
— Gobierno CDMX (@GobCDMX) 28 de octubre de 2018
Carros alegóricos, empujables, inflables, mojigangas, marionetas y catrinas gigantes evocaron en un kilómetro de longitud las diferentes etapas migratorias de la Ciudad de México.
El trayecto comenzará a las 16:00 horas en la Estela de Luz, recorrió la avenida Paseo de la Reforma hasta la Fuente de la República y dio vuelta en Avenida Juárez, para continuar por la Avenida 5 de Mayo hasta llegar a la Plaza de la Constitución.
El gran carro alegórico Xochiplil, está inspirado en el Dios de las Flores prehispánico con el mismo nombre. Este es el último segmento de este gran desfile de la #CelebraciónDeMuertos pic.twitter.com/sPxy5LMqyi
— Secretaría de Cultura CDMX (@CulturaCDMX) 28 de octubre de 2018
La primera parte del desfile, La muerte es un viaje, presentó a través de cuatro sub-segmentos una fascinante travesía que reconoce a la muerte como una migración, un tránsito y el último viaje.
El desfile abrió con “La gran Tenochtitlan” para adentrarse a las cavidades de nuestro pasado prehispánico y al origen de los grandes desplazamientos migratorios en el Valle de México. Balsas, arcos y colibríes escenificarán la mítica migración azteca contenida en la Tira de la Peregrinación, conocida como Códice Boturini, y rememorarán la leyenda de los volcanes.
El segundo sub-segmento, “Los que llegaron para quedarse”, remitirá a los distintos fenómenos históricos de la migración en nuestro país. El multicultural recorrido abarca desde la llegada de exploradores europeos al continente americano, nuestras raíces afrodescendientes y la llegada del lejano Oriente. También se dedica un importante homenaje a distintas especies de animales que realizan cada año fascinantes procesos migratorios.
“Ciudad refugio” hizo referencia a un México lleno de contrastes: por un lado, una nación que en distintas etapas históricas ha abierto los brazos a ciudadanos de diversas partes del mundo; mientras que, por otro, un país que vive uno de los fenómenos más grandes de inmigrantes fuera de su lugar de origen. En ambos casos, se retrata a seres humanos que con esperanzas y contrariedades cruzan fronteras en busca de un panorama distinto.
La primera parte finalizó con “Ciudad diversa”, un lienzo multicolor que recordará y dará voz a diversos fenómenos históricos y sociales, así como a la extensa diversidad cultural en la metrópoli. Un eterno y festivo viaje en el que el público podrá sumergirse entre ficciones y realidades, para acercarse a lo que somos como cultura.
En esta última parada reconocemos y ofrendamos la diversidad cultural de la milenaria Ciudad de México, la Ciudad Refugio. Con un lienzo multicolor, nos asomamos a la multiplicidad e interacción de las culturas que coexisten en esta urbe. #CelebraciónDeMuertos pic.twitter.com/9Rh1JwjE8H
— Secretaría de Cultura CDMX (@CulturaCDMX) 27 de octubre de 2018
En la segunda parte de la caravana, La muerte en la vida, se buscó que los espectadores celebren la tradición que le pertenece a México, pero que involucra a todas las personas y corazones del mundo.
El primer sub-segmento explicó el origen del ritual en las culturas prehispánicas que rendían culto a la muerte. El Tzompantli y un Xolo gigante narrarán dicho legado heredado, el cual sirvió como base para el desarrollo de la Gran Tenochtitlan y como raíz para establecer un futuro en unión con diferentes pueblos y culturas.
Respecto a la pieza del Tzompantli (muro formado por cráneos de las personas que morían en sacrificio humano) en el desfile, el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez describe que “en la cosmogonía mesoamericana, los hombres existían para adorar y alimentar a los dioses con ofrendas; era una condición para que la vida continuara”. En ese sentido, “el tzompantli no sólo servía como advertencia para los enemigos, sino que celebraba la vida, más que la muerte”.
Personajes de ediciones anteriores marcharán nuevamente este año para visibilizar cómo la tradición se ha mezclado con la cultura popular y se ha convertido en una tradición que le pertenece a la gente y a las familias mexicanas. En esta ocasión se hará un reconocimiento a una de las artistas mexicanas más famosas de todos los tiempos: Frida Kahlo.
La propuesta concluyó con la conmemoración y algarabía que se vive en la ciudad en esta fecha. Diferentes culturas urbanas de la capital estarán reunidas para celebrar lo que nos une, La Vida, La Muerte y México.