Números precisos de eMarketer proyectan que la cuota de marketing digital global crecerá al 42 por ciento en 2018, en comparación con el 31.5 por ciento de 2015.
Pero la inversión más fuerte no es suficiente para el éxito de una estrategia. El objetivo principal de numerosas estrategias es el cliente, pero hay que aprender a conocerlo y sobre todo, catalogarlo para lograr que elija el producto o servicio de nuestra marca.
Un cliente potencial que ha demostrado interés en los productos o servicios de la marca en cuestión, por medio de una solicitud de información adicional o acudiendo a los puntos de venta físicos o digitales, se conoce como lead.
El primer tipo que se puede distinguir es el marketing qualified lead, que hace referencia a los usuarios de una tienda online o página web que debido a su alto nivel de participación y sus repetidas visitas se convierten en clientes potenciales con alto grado de convertirse en consumidores.
Con ellos se utiliza el engagement como medio principal para convertir la venta, generar interés y mostrar a la compañía como la solución de sus problemas.
También existe aquel que utiliza el SEO y social media para captar usuarios e introducirlos en la conversación que la marca creó. En este apartado es indispensable que la compañía obtenga los datos del posible consumidor, pues su objeto principal es la información.
Finalmente existen los hot leads y hacen referencia a quienes tienen niveles altos de probabilidades de comprar lo que se oferta en un sitio web. Sin embargo, se debe ser muy proactivo para lograr la venta lo más pronto posible.