La estrategia de Uber parece haber cambiado. La inminente expulsión de la aplicación de Londres habría generado una autocrítica hacia adentro de la compañía y una modificación en cuando a la habitual respuesta de confrontación.
Primero hay que decir que el viernes 22, el regulador de transporte de la capital británica consideró a Uber “incapacitado para operar el servicio” y decidió no renovar su licencia, que finaliza el día 30, publicó Reuters.
Ante esto, Dara Khosrowshahi, el máximo CEO de la empresa a nivel mundial, se disculpó por los errores en Londres y prometió cambiar, aunque sigue firme en la lucha contra la decisión de la ciudad de no renovar su licencia.
“Mientras Uber ha revolucionado la forma en que la gente se mueve en ciudades de todo el mundo, es igualmente cierto que hemos hecho cosas equivocadas en este camino. En nombre de todos, de Uber en todo el mundo, pido disculpas por los errores que hemos cometido”, escribió Dara Khosrowshahi en una carta abierta.
“Apelaremos la decisión en nombre de millones de londinenses, pero lo hacemos con el conocimiento de que también debemos cambiar”, agregó.
Las autoridades que controlan el transporte en Londres dijeron el viernes que Uber no era un operador de alquiler de automóviles particulares confiable y citó cuatro áreas de preocupación, la más grave: su particular enfoque para reportar delitos criminales y para llevar a cabo verificaciones de antecedentes de los conductores.
Es cierto que Khosrowshahi parece tener un tono más conciliador que su predecesor, Travis Kalanick. Sin embargo, otro ejecutivo de Uber, Fred Jonessaid, dijo este lunes en un programa de BBC Radio 4, que la compañía no entendía las preocupaciones del regulador de transporte de Londres. “Queremos sentarnos con los representantes de TfL [Transport for London] lo más pronto posible para entender realmente sus preocupaciones. No está claro para nosotros cuáles son esas preocupaciones”, dijo.
Como expusiéramos en Merca2.0, TfL le retirará la licencia argumentando “falta de responsabilidad” respecto a sus implicaciones en la “seguridad pública, en general, y la de los particulares, en concreto”.
La decisión afectará a unos 40 mil conductores que la app de viajes tiene en la ciudad y a más de 3,5 millones de pasajeros que usan el sistema diariamente.