La tradición del Día de Muertos es una fiesta que celebra a la vida y la muerte como las dos caras de una misma moneda. Recordamos a los que se fueron con alegría y amor, con altares llenos de colores y sabores que son un testimonio de lo que compartimos juntos.
La comida es un elemento clave en este festejo. La Costeña, una de las marcas más importantes en industria alimentaria en México, lo sabe bien.
Para celebrar esta temporada, La Costeña lanzó su campaña “El sabor nunca muere”, con una apuesta que capta la esencia de la tradición del Día de Muertos y toca fibras sensibles en el corazón de todos.
La comida como legado y vínculo eterno
El Día de Muertos es una celebración que encuentra en la comida uno de sus elementos clave. En cada altar, los platillos favoritos de nuestros seres queridos ocupan un lugar central, recordándonos los momentos compartidos en torno a la mesa. Para La Costeña, estos sabores son mucho más que simples alimentos; son un legado que se transmite de generación en generación, una forma de mantener viva la memoria de los que ya no están.
Con su campaña “El sabor nunca muere”, La Costeña rinde homenaje a esta tradición culinaria que une a las familias. Más allá del papel fundamental que juega la comida en los altares, la marca nos invita a reflexionar sobre cómo las recetas familiares, transmitidas con amor, son una forma de perpetuar el legado de nuestros seres queridos. Así, cada bocado es un viaje a la memoria, una manera de sentir cerca a aquellos que amamos.
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Una campaña profundamente emotiva
La Costeña apostó por una campaña que, en palabras de Ana Belén Díez, se convierte en la más emotiva que la marca ha lanzado para Día de Muertos. A través de una narrativa que nos sumerge en recuerdos compartidos, la campaña nos habla de la celebración de la vida, pero también del duelo y la pérdida, elementos que forman parte integral de esta tradición.
En su novena edición, “El sabor nunca muere” de La Costeña busca conectar con el público no solo a través de los productos que ofrece, sino con una historia que resuene en las emociones de cada espectador.
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Estrategia de marketing que conecta generaciones
La ciudad de Oaxaca, reconocida por ser uno de los epicentros de las tradiciones del Día de Muertos, fue el escenario elegido por La Costeña para dar a conocer “El sabor nunca muere”. Con la proyección de su anuncio en las calles del centro de Oaxaca, la marca imprimió una mística especial a la edición 2024 de esta campaña.
La estrategia de La Costeña ha sido clara: utilizar el poder de la comida como elemento, un hilo conductor que nos conecta no solo con los recuerdos, sino con las nuevas generaciones. La narrativa destaca la importancia de la herencia culinaria y cómo esta nos permite mantener viva la memoria de los que ya no están.
Más allá de un anuncio, una historia compartida
Uno de los grandes aciertos de “El sabor nunca muere” es que no se limita a ser un simple comercial.
La historia que cuenta es profundamente humana: una receta familiar que ha pasado de mano en mano, de abuelos a padres, y de padres a hijos, manteniendo viva la esencia de quienes ya no están físicamente con nosotros. Así, La Costeña evoca a la comida como un elemento esencial en los altares del Día de Muertos y también como una forma en la que el amor y el legado de los que se fueron, perduran entre nosotros.
“El sabor nunca muere” 2024 está disponible en redes sociales, televisión y publicidad en exteriores.