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El Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) coloca a México como el primero en el mundo en índices de obesidad infantil.
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Las barras de cereal alcanzan de un 20 a 30 por ciento de grasas, más que una porción de tacos.
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El azúcar añadido que poseen cereales comerciales casi siempre está sobrado en los requerimientos diarios para una adecuada nutrición.
Dentro de la oferta nutricional diaria adquiere gran importancia el consumo de cereales gracias a su alto valor nutricional, bajo costo de adquisición y fácil procesamiento por parte del organismo.
Tal condición que poseen alimentos como la avena, el arroz, el amaranto, el trigo, el maíz y otros cereales vuelve más muy atractivo a este grupo de alimentos, toda vez que contienen abundantes cantidades de proteínas, carbohidratos, grasas naturales y fibra.
El problema surge cuando estos alimentos son procesados por diferentes marcas comercializadoras y ven mermada su calidad nutrimental, que de hecho, se vuelve más perjudicial que benéfica.
Y es que empresas como Quaker, Kellogg´s o Nestlé comercializan los llamados cereales de caja y barras energéticas, que pierden gran parte de sus nutrientes por causa de una severa adición de azúcares, grasas, conservadores, colorantes y saborizantes artificiales.
Para dar muestra de la condición de pobreza nutrimental en la que pueden incurrir algunos cereales procesados, hay que recordar un estudio que elaboraron estudiantes del Departamento de Ingeniería Química, Alimentos y Ambiental de la Universidad de las Américas Puebla hace unos años, el cual se hizo célebre por demostrar que una orden de tacos al pastor o dos flautas de cochinita pibil contienen niveles de grasas a razón de 11.92 y 11.50 por ciento, respectivamente, mientras que las barras de cereal alcanzan de un 20 a 30 por ciento de grasas.
Y aunque la oferta publicitaria de casi todos estos productos afirma que estos poseen la debida calidad, lo cierto es que podría tratarse de auténtica publicidad engañosa. Y de cierto modo lo fue en el pasado, con anuncios que aseguraban contar con la calidad nutrimental necesaria para complementar el desayuno de toda la familia
– Comercial, Zucaritas de Kellogs, 1997-
Hoy, por el contrario, estos mensajes publicitarios han dejado de garantizar cualidades nutricionales y ahora buscarían contrarrestar con la promoción del deporte y la actividad física los efectos nocivos que pudiera tener para el organismo una ingesta excesiva de azúcares como la que ofrecen algunas de las marcas de cereales más conocidas.
-ZUCARITAS Freestripe Tochito (2019)-
Un estudio elaborado por la Procuraduría Federal del Consumidor de México mostró en qué porcentaje, lo siguientes cereales comerciales llenan los requerimientos diarios de azúcares de una manera dramática:
Kellogg´s Apple Jacks 52.0 por ciento
Kellogg´s Corn Pops 48.5 por ciento
Nestlé Cookies Crisp 46.7 por ciento
Great Value fruti aros 46.4 por ciento
Nestlé Chuky Charms, 45.5 por ciento
Al azúcar se le ha colocado como uno de los elementos alimenticios que mayor cuidado y moderación deben tener en su consumo por estar, casi siempre, sobrados en los requerimientos diarios para una adecuada nutrición.
Esta condición afecta aún más a nuestro pais: el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) coloca a México como el primero en el mundo en índices de obesidad infantil.
Seguramente es exagerado darle el mote de “asesino” a este tipo de productos comestibles, pero en todo caso de trata de jiribilla que sí nos ayuda a pensar que la alimentación es algo fundamental y que, más allá de las acciones de marketing responsable para la promoción de productos ingeribles, es fundamental pensar en nuestra propia manera de comer.