-Musk continua con retórica antigobierno y se echa encima a la administración de Biden
-Las decisiones del CEO perjudican directamente a una empresa que debería ver beneficiada por la nueva administración
-Los medios norteamericanos están al tanto y alertan por una posible declaración de guerra de Musk contra la nueva administración
Es un hecho que la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viene a ser reconciliatoria con las empresas que van por tecnologías sustentables. En efecto, el nuevo titular del ejecutivo se deshará de toda su flotilla de vehículos para intercambiarlos por automóviles eléctricos.
No obstante, Elon Musk, CEO de la empresa Tesla, (que irónicamente debería ser ganador con las políticas de la nueva administración), está perdiendo una oportunidad de oro al considerar que las nuevas políticas de los demócratas son restrictivas para su negocio y para el mismísimo avance científico.
Pues de acuerdo con la prensa norteamericana, como Bloomberg, el magnate de la industria automotriz eléctrica le “ha declarado la guerra” a las políticas de Biden.
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Lo que dicen los medios
El inconformista tecnológico no se anda con rodeos cuando se trata de defender a sus empresas. La primavera pasada, amenazó con demandar al condado de Alameda de California después de que las autoridades locales prohibieron a Tesla reabrir su fábrica debido al coronavirus. Musk describió las órdenes de quedarse en casa como fascistas y acusó a las autoridades de quitarle la libertad a las personas.
Elon Musk no detendrá su guerra con los reguladores estadounidenses bajo la administración Biden, informó Bloomberg. Solo durante la semana pasada, el empresario se ha enfrentado a la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras.
Según los informes, el primero lanzó una investigación contra la compañía de Musk, SpaceX, por el lanzamiento en diciembre de su prototipo de Starship SN8, que explotó cuando intentaba aterrizar. Según The Verge, que habló con dos personas familiarizadas con el asunto, SpaceX siguió adelante con el lanzamiento a pesar de que la FAA había rechazado su solicitud de superar el riesgo público.
Luego, la agencia pospuso el lanzamiento del nuevo prototipo de cohete SN9 de SpaceX, lo que provocó la enojada respuesta de Musk. Aparentemente, las dos partes llegaron a un compromiso, ya que la FAA dijo recientemente que SpaceX estaba actuando de conformidad con los protocolos existentes y se le permitió proceder con un nuevo lanzamiento. Alerta de spoiler: tampoco tuvo éxito .
Musk también se ha enfrentado con la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras por las pantallas táctiles en algunos de los autos de Tesla: los sedán Model S y los crossovers Model X.
El regulador envió un correo electrónico a Tesla el mes pasado diciendo que la falla de las pantallas táctiles constituía un defecto y, por lo tanto, la compañía tiene que retirar más de 150 mil vehículos. En un argumento de ida y vuelta, Tesla dijo que “discrepa respetuosamente” con la opinión del regulador; sin embargo, voluntariamente comenzó a retirar vehículos e informó a los clientes afectados que serían notificados cuando “las piezas estuvieran disponibles”.
Todas estas noticias resultan desafortunadas, pues lo que debería ser una gran oportunidad para una empresa que tiene como especialidad la manufacturación de automóviles eléctricos, se ve opacada por las decisiones de su cabecilla en la compañía.