Una genialidad en toda la extensión del concepto es la obra creada por Daniel Rozin, basada en la “espejificación” de objetos como trozos de madera, basura, lata, lámina, entre otros, en donde las sombras, la luz y tecnología de alto nivel, le ayudan a presentar piezas interactivas de arte que son de no creerse propias de este siglo.
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En efecto, la obra de Rozin catalogada como Mechanical Mirrors parecen piezas de arte propias del año 2300 y se componen de una serie de artefactos que básicamenta dan la impresión de que juegan con el principio de los pixeles en términos de imagen, pero que gracias a un sofware especial, cámaras de video y un sistema mecánico, construye marcos que copian con exactitud lo que tienen frente a sí.
La pieza del primer video, Weave Mirror y de la imagen superior, reúne 768 piezas en forma de C con motor y laminadas a lo largo de la superficie que en terminos de textura imita una cesta y recrea un retrato de carácter orgánico y un poco ahumado. La pieza cuelga desde el techo y sus circuitos funcionales y cableado es visible por detrás del plano del cuadro, exponiendo su ingeniería.