Por: Luis Miguel Martínez
Twitter: @lmuia
El marketing continua siendo una mezcla de arte y ciencia. Por una parte la investigación tiene los métodos de una ciencia, pero la creatividad necesaria para posicionar un producto es un arte.
Sin embargo, el marketing del arte es una área poco estudiada y con muchos retos, comenzando por restricciones económicas y aspectos como que las campañas no compitan directamente con el producto a posicionar.
Entre los profesionales de las artes, hay una historia familiar. Durante la época de Sir Winston Churchill como primer ministro de Gran Bretaña, y en pleno apogeo de la Segunda Guerra Mundial, el ministro de finanzas Inglés le recomendó a Churchill recortar el presupuesto para las artes en pos de contar recursos para la guerra . Churchill respondió con un “¿y cuál es el propósito de nuestra lucha?”. Obviamente, Churchill consideraba las artes como algo vital para la vida cotidiana de sus electores.
En el pasado, las artes organizaban comunidades. Actualmente, en muchas de las organizaciones artísticas más prominentes, sólo organizan a los ricos o a los ancianos. Por lo tanto, es fácil ver por qué algunos ven el arte como algo frívolo.
Cuando se le preguntó acerca de la investigación de mercados, Steve Jobs hizo su célebre declaración en Business Week respecto a que Apple no realiza ninguna investigación de mercado, porque “muchas veces, la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo muestras.”
Del mismo modo, Julie Taymor -célebre directora de teatro- en una entrevista con el New York Times dijo que no cree en los grupos de enfoque o focus groups pues si se hubieran utilizad para El Rey León no habría muerte de Mufasa porque los grupos habrían reaccionado negativamente.
A veces, el arte requiere tanta creatividad como la propia para lograr un posicionamiento apropiado. Maquila Región 4 (www.maquilaregion4.info) es “un proyecto que reflexiona sobre los procesos de maquila textil y electrónica. Es un laboratorio en donde se reconstruye o recrea un fenómeno social a escala. El proyecto busca insertarse en el ámbito de lo social y generar experiencias colectivas que utilicen el arte como una plataforma reflexiva.”
En palabras de su creadora, Amor Muñoz, se trata de una “fábrica nómada de arte tecnológico que opera en el espacio público”. Así, la artista va por las calles de la ciudad de México con su fábrica sobre ruedas, ecológicamente impulsada (o más bien propulsada) por una bicicleta y con un megáfono adaptado y acoplado -a manera de los “Tamales Oaxaqueños”, “ … Fierro viejo que venda” o hasta las naranjas (graciosamente retratadas en Sólo con tu Pareja)- se ofrece trabajo para manufacturar circuitos electrónicos textiles funcionales,recibiendo el salario mínimo de E.U. (Salario mínimo americano por hora: 8 dólares / Salario mínimo mexicano: 60 centavos de dólar).
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