El consumo de café en México por persona, durante 2017, fue de 1.4 kilos según información de Feebbo, asimismo, el 55 por ciento de la población bebe este producto a diario, siendo las mañanas el momento preferido para su consumo.

Sin embargo, no se trata de uno de los principales países productores ni consumidores de esta bebida; entre las principales causas para este factor es la falta de procesos estadarizados de cálidad así como una precariedad en la profesionalización de los productores y catadores.

De tal modo que esta ausencia de buenas prácticas se convirtió en un espacio de oportunidad para Jesús Salazar, director de Cafeología, un concepto que tiene como principal objetivo incentivar a los productores del café a insertar procesos de calidad en la producción de esta materia prima, además de profesionalizar a las personas.

Y es que en el país, se tiene como mito que un producto se es bueno solo por el hecho de donde proviene, por un factor de género, ambiental, social, entre otros; Salazar precisó que el único indicador que distingue a un café por sobre otro es el de la calidad.

“Aunque existen razones sociales, económicas, ambientales, de género para impulsar al café, al final del día, la única razón que hace que un café sea valorado en el mercado de consumo es la calidad, independientemente del factor social que lo acompañe, del factor medioambiental que lo acompañe”, sostuvo Salazar.

Cafeología aprovechó que dentro de la industria del café, existe un orgullo por la dedicación a este segmento de mercado, para, mediante el factor motivacional, sentido de pertenencia, propiedad e identidad, así como una recompensa económica, llevar a cabo prácticas bien desarrolladas durante los procesos de producción.

No todo es la calidad.

Salazar detalló que para llevar el proyecto al siguiente nivel, llevarlo al consumidor final, desarrolló experiencias de consumo; y es que al tratarse de un producto con una riqueza ambiental, cultural y humana, se pueden contar historias a través de ello.

“Tomar café es un acto de hospitalidad, es allí donde se cierra el ciclo”, detalló el directivo; a su vez, para que la industria pueda crecer, en México se deberá pensar más allá de las cafeterías, la mayor parte de este producto se consume en casa, oficinas, hoteles y restaurantes, de tal modo que se debe ampliar la red de comercialización en general a la industria de aliementos y bebidas así como de servicio.