Los últimos cambios en la alta gerencia de las grandes empresas son un tema en el que se han enfocado los analistas de la industria.
Con la idea de “refrescar” una empresa, numerosas compañías de alto perfil han realizado cambios en sus liderazgos con el fin de estimular el funcionamiento general de la firma y, a la vez, motivar a sus empleados.
Microsoft, por caso, anunció en 2014 que Satya Nadella reemplazaría a Steve Ballmer como CEO. Este movimiento fue visto como una señal del compromiso de la compañía fundada por Bill Gates para impulsar la innovación y el crecimiento.
El nombramiento de Nadella ha dado lugar a un aumento en el precio de las acciones de la empresa, así como a un enfoque empresarial más centrado e innovador.
Meta también hizo un cambio en su alta gerencia y dejó ir el año pasado a su histórica directora ejecutiva Sheryl Sandberg.
Este movimiento fue visto como una forma de acercar la empresa a sus clientes y tratar de hacer crecer, aún más, su impresionante base de usuarios.
En Apple, cuando Steve Jobs dejó su lugar, se nombró a Tim Cook para reemplazarlo como director ejecutivo. Cook fue visto como una elección natural para liderar la empresa hacia el futuro. Así fue: a Cook se le atribuye el éxito de toda la línea de productos de la empresa y su desempeño financiero.
Estos ejemplos muestran que los cambios en los niveles superiores de gestión de las grandes empresas pueden ser beneficiosos. Pueden traer nuevas ideas y perspectivas y conducir a un mejor desempeño (y mayores ganancias, claro).
La hija del dueño de LVMH es la nueva CEO de Christian Dior
Un ejemplo de estos cambios es el que este miércoles 11 de enero se conoce que se produjo en Moet Hennessy Louis Vuitton SE, mejor conocida como LVMH, donde Delphine Arnault (47), hija de Bernard Arnault (72), presidente y director general de LVMH, se convertirá en directora general de Christian Dior, una de las grandes marcas bajo el paraguas del gigante del lujo.
La idea de Bernard Arnault es reorganizar la alta dirección de su imperio de artículos de lujo, reforzando el control de su familia en uno de sus negocios más rentables, dice Reuters.
Además, Pietro Beccari, quien se ha desempeñado como el máximo responsable de Dior desde 2018, se trasladará a Louis Vuitton para reemplazar al CEO saliente, Michael Burke.
Los mercados recibieron con agrado los cambios, ya que las acciones de LVMH, la compañía más valiosa de Europa (vale unos 405 mil millones de dólares), subieron un 2 por ciento tras la novedad.
Las acciones de todas las compañías que venden productos de lujo han mejorado su performance en los últimos días luego de que se conociera que China había relajado, por fin, las restricciones por el covid.
China es un mercado clave para el mercado del lujo.
Delphine Arnault trabajaba hasta ahora en Louis Vuitton y, antes, también fue empleada de Dior, la marca que ahora comandará.
Burke, mano derecha de Bernard Arnault, también fue presidente de Tiffany.
Bernard Arnault, de 73 años, no tiene intenciones de irse de la dirección de su imperio. De hecho, en 2022, impulsó que LVMH elevara la edad máxima de su director ejecutivo de 75 a 80 años.
Delphine, como Antoine (45), son hijos del primer matrimonio de su padre. Antoine es vicepresidente de Dior. Además, Alexandre Arnault (30), trabaja en Tiffany; y Frederic Arnault (28), es director ejecutivo de otra marca del holding, TAG Heuer.
El hijo menor de Bernard, Jean (24), es director de marketing y desarrollo de productos para la división de relojes de Louis Vuitton.
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